martes, 31 de mayo de 2011

De Chozos el día de la Cacera Mayor

"Todos los años el último sábado de mayo, los vecinos de los diversos Concejos, desde tiempo inmemorial, suben a cumplir con la ordenanza  de la limpieza de la cacera Madre. En este día, conocido como día de la Cacera Mayor, todos los vecinos de los  Concejos Vecinales de la Junta de Cabezuelas (formada, dicha entidad comunera, por los pueblos de Trescasas y su anejo Sonsoto, Palazuelos, Tabanera del Monte, San Cristóbal y La Lastrilla), con azada al hombro, se dan cita en la Madre para llevar a cabo su limpieza, para ello la cacera madre se divide en quintos o tramos de acequia, tantos como Concejos Vecinales. Correspondiendo el primer quinto al Concejo de Sonsoto seguido del de San Cristóbal, Trescasas, Tabanera, Palazuelos y La Lastrilla. 




Este día es un testimonio ancestral de convivencia y colaboración entre los hombres de las dos religiones (cristiana y musulmana) de lo cual dan fe los símbolos de la cruz y la media luna reproducidas al comienzo de cada quinto o tramo de cacera Madre.


Este día se trabaja y se merienda en buena armonía al pie de esta diosa de sueños de corrientes de agua que amanta y amantó a las gentes de estas tierras. Tanta era la armonía que al final de la jornada, cuando el sol, pacientemente, caminaba hacia el horizonte sin pedir al tiempo nada, se organizaba una romería… "

Entre bodas, bautizos y comuniones, los compromisos familiares nos han dejado en cuadro. Salimos Juan y yo, solos, sinónimo de investigación y bici al hombro. Estábamos por hacernos una Bola del Mundo, pero hay muchas bajas, así que la intención es hacernos los chozos. Como no conocemos más que uno, vamos a seguir la pista de los Kamorkas, para nosotros un auténtico descubrimiento.

Sábado 28 de mayo de 2011. Adelantamos el día de nuestra salida al sábado que parece que hará mejor tiempo. Después de la que ha caído el viernes, amanece sin una nube, espectacular.


Vuelvo a salir montado en bici desde casa. Lo echaba de menos. Vuelvo a recorrer los caminos que me conducen a la rotonda de Gamones. También lo echaba de menos. Las lluvias han traído el barro y han devuelto el verde a aquellas zonas que empezaban a amarillear.
A mi me ha dejado mi hermano sin casco así que tomo prestado el de Dani, que está casi sin estrenar y que Juan me llevará al punto de encuentro. Allí me doy cuenta que tampoco he metido la tarjeta en la cámara de fotos, hoy hará Juan de reportero gráfico.

- Vaya cabecita la mía
Ya en "grupo" recorremos una vez más la pista de Gamones hasta el rancho de la Tejera. Nos encontramos con gente montando mesas y una carpa. Hoy, último sábado de mayo toca limpieza de la cacera como bien nos indica un paisano y están preparando la merienda. Juan recuerda que se unía a estas labores de limpieza en Tabanera, junto a su abuelo.

En la Granja propongo a Juan seguir pegados a la tapia del palacio. Primeros barrizales que pasamos como podemos celebrando con risas el primer salpicón de barrisco para aparecer en la puerta de Cosíos. Seguimos pegados por la tapia hasta la fuente de la Plata, Tobarejos y las zetas.


El terreno está húmedo y resbaladizo en la subida a Tobarejos, pero subiendo por las Zetas está más compacto e incluso se agradece ser refrescado al pasar rozando las hojas de los árboles.
El Corzo me espera en el salto del susodicho. Allí me encuentro también con Choro, que en su madrugadora salida baja ya de Peñalara, con un bastón y las llaves del coche como único equipaje... negligente campeón.


Subimos el siguiente tramo de pista con un grupo de bikers que van también al Chozo, pero les perdemos de vista más adelante. Vamos recordando las mil y una formas que hemos hecho este sendero durante el último año: con nieve, con hielo, con agua, a 38ºC, a oscuras (por cierto chavales hay que ir pensando en una buena equipación para las "noches de juerga")... casi podríamos ir con los ojos cerrados.







Al grupo de bikers no les volvemos a ver, pero el camino al chozo Aranguez es una romería: gente andando, corriendo, a caballo, almorzando al sol, lumbre dentro del chozo... seguro que en la Calle Real hay menos peña....


Es lógico, a nosotros también nos encanta este paraje.


En el chozo parada técnica para repostar, sentados al sol, reponiendo fuerzas junto al nacimiento del Arroyo de Peñalara, dejándonos envolver por el entorno, a los pies del macizo que da nombre al arroyo, respirando su magia. Juan pretende pernoctar aquí mismo, pero tenemos que seguir.


La vuelta por el mismo camino hasta el arroyo de la Chorranca, donde tomamos dirección al Raso del Pino. Preparándonos para bajar hacia la Majada del Tio Blas nos pasan dos corredores de La Granja que bajan por la trialera como alma que lleva el diablo, no hay forma de echarles mano. En el cruce del río nos indican la dirección a seguir. Están preparando y tomando fotografías para la carrera de montaña K30 Peñalara.


Retomamos el camino de los Kamorka bici a cuestas y tras cruzar nuevas tollas aparecemos frente al Chozo del Tío Blas, más recogidito, mejores vistas y mejor amueblado que el de Aranguez, ¡donde va a parar!

El Chozo
El tío Blas
Continuamos la ruta por una trialera imposible de bajar montado (bueno parece que algún kamorka lo consiguió), cuando no podemos seguir, desmontamos, no queremos caídas tontas. Y de repente la sorpresa del día. Nos encontramos con unas vistas desconocidas, con el Palacio elevándose majestuoso entre los árboles. 


Juan olisquea unas peñas (Majalapeña se llama) a las que nos acercamos a pie para disfrutar de este espectáculo.


No nos cansamos de posar la mirada en cada pino, encontrando nuevas vistas con las que disfrutar. Queremos que nos acompañe esta fotografía el resto de la semana, mientras aporreamos el teclado frente a un ordenador. Dejamos como reto pendiente subir con las chicas hasta aquí ¿os atrevéis?

Se hace tarde, tenemos que seguir bajando pasamos junto a la fuente del montañero, de trialera a trialera hasta que aparecemos en el esquinazo. No queremos que termine la ruta, vamos a volver pegados al muro de los jardines de Palacio y como remate final las sendas del pantano que casi desborda su capacidad.

Llego a casa todavía con la sonrisa de haber pasado una jornada maravillosa, haber descubierto nuevos parajes y pensando que merece la pena cuidar la Sierra y su entorno, porque ésta te devuelve con creces todo lo que le das.





miércoles, 25 de mayo de 2011

Circular por La Jarosa, Abantos y Magdalena

Monte Abantos. Toma su nombre del abanto, término que comprende diferentes especies de buitre [...], de los que en esta parte de la sierra se pueden ver volando en algunas ocasiones incluso hasta ocho individuos (no queda sino el recuerdo). En tiempos del rey Felipe II, el Abantos era también conocido como "Buen Monte del Oso", debido a la abundancia de especies de caza mayor


Su ladera sur fue elegida por el rey Felipe II para construir el Monasterio de El Escorial, obra del siglo XVI. Alrededor de este edificio surgió el actual municipio de San Lorenzo de El Escorial, el principal núcleo urbano de su entorno. En su vertiente septentrional, en el paraje de Cuelgamuros, se encuentra otro monumento de interés histórico-artístico, el Valle de los Caídos, del siglo XX.
Ya tocaba quedar por la vertiente madrileña, la cara de la sierra menos conocida por nosotros y que a buen seguro guarda grandes secretos, pistas y senderos que trataremos de ir descubriendo.

Domingo 22 de mayo de 2011. Se me han pegado las sábanas y cuando llego a las 9.10 al polideportivo de Guadarrama ya está toda la expedición preparada para salir. A saber: Juan, Roberto y Paco


Preparo la bici, los tratos y un nuevo archiperre (soporte marca Ram Mount) para llevar el móvil a la vista (que es donde llevo el gepese), que ha provocado algo de cachondeo: que si la bici va desnivelada, que si podía haber ido montado Ricardo encima atado con unas cintas... aaayyyy, la ignorancia que atrevida es!!

Pues tampoco es tan grande... ¿no?

Aprovechando el despliegue policial para la fiesta democrática del 22-M, pedimos a un municipal que nos haga la foto de salida ¡qué gran fotógrafo ha perdido el pueblo de Guadarrama!

¡qué gran fotógrafo ha perdido el pueblo de Guadarrama!
Nada más salir ya vamos subiendo entre urbanizaciones, pasamos bajo el viaducto de la A-6  hasta llegar al embalse de La Jarosa, donde aún no se aprecia mucha actividad: alguna bici, el bar de la Jarosa aún cerrado, pescadores preparándose para el gran cachondeo que tiene que ser estar horas y horas esperando hasta que algún incauto pececillo muerda el anzuelo y poco más.

Al fondo el Valle de los Caídos
Subiendo por el asfalto del camino de la Carrasqueta nos cruzamos con la gente del Caloco, que están de reconocimiento por la zona y nos dicen que por la pista que queremos seguir hay alguna valla y que han preferido volver por donde venían.


Nosotros, cabezotas, seguimos por un sendero de tierra marcado en uno de los tracks que llevo como guía para la ruta. Efectivamente hay un muro pero no es impedimento para seguir al otro lado.





Cogemos otra vez el asfalto y tras una pequeña rampa de subida comenzamos a atisbar lo que parece la casa del guarda y detrás la cruz del Valle de los Caídos, que según nos acercamos parece que se aleja, hasta que encontramos el punto despejado de árboles que nos permite ver la monstruosa cruz con el monasterio a sus pies.


Autofoto con el invento de hoy: el equilibrio con 2 bicis.


Seguimos avanzando por Cuelgamuros (curioso palabro) y el monumento va ganando en vistosidad, rodeado de pinares y con Siete Picos, Bola del Mundo y la Pedriza de fondo. Nos preguntamos para que querrán un frontón en el monasterio y qué buenas pistas de padel se podían haber montado.


Continuamos nuestro camino, manteniendo la elevación por una pista muy bien pisada y con grandes vistas.


Bajada por la misma pista, destrozada por las lluvias de digamos ¿los últimos 20 años? y que tiene mucho pedrusco suelto. Resultado: Juan estrena su tubeless con un reventón, al ir a hinchar la cámara vemos que su bomba en lugar de dar aire lo absorve y Paco (un tío de Nava) inutiliza la boquilla intercambiable de la mia.  

Juan, no compres bomba que te regalo la mía.
Hemos perdido el trak, vamos a investigar así que seguimos rodeando la casa de Cabeza Gato para tomar un camino sin asfaltar y con algún riachuelo que invita a salpicar al cruzarlo. Atravesamos una nueva portera y nos cuesta dar con el camino, cubierto por la vegetación. 


Y aquí viene la sorpresa de la etapa, desde este lateral a la izquierda tenemos una de las vistas más extensas y bonitas de la Comunidad de Madriz, con las torres de Mordor al fondo, casi tapadas por la neblina.


Se estrecha ahora el camino, tomado por la vegetación y con varias rocas atravesando el paso, lo que nos obliga a bajar de la bici por prudencia, no vaya a ser que terminemos por el suelo.


Tenemos ahora a nuestros pies El Escorial, donde se pueden apreciar 2 símbolos característicos de este pueblo: el Monasterio y la explotación urbanística (bueno y el campo de golf al fondo). Ayyy, si Felipe levantara la cabeza...


Crecen en esta senda unas bonitas flores (según Toñi de Siguelsendero son amapolas blancas. En botánica: Papaver Somniferum, Adormidera o Planta del Opio) que hacen más espectacular este sendero.


La senda termina, enganchamos con una pista. Esta zona ya es conocida, por aquí anduvimos Juan y yo, guiados por César, desde Galapagar. Hoy va a ser nuestro segundo puerto de la jornada, comenzando por los restos de unas zetas continuamos la subida hacia el puerto de Malagón. 


Paramos a repostar en una fuente de aguas cristalinas donde conocemos a Sergio, italiano afincado en Las Rozas que se apunta al recorrido que queremos seguir. La ascensión hasta el Pozo de Nieve, donde reagrupamos, nos recuerda a la Ruta Imperial, donde casualmente coincidimos con Paco, hace exactamente un año y 15 días. Hoy un amable biker se presta para a hacernos de guía. 


Nos señala la subida al pico de Abantos, desde donde dicen que las vistas son aún más impresionantes. Se tarda 25 minutos en subir y bajar... Hoy no es el día, llevamos prisa no nos vayamos a quedar sin duchar. 


Coronamos el puerto de Abantos y pasamos a la provincia de Ávila. En esta ruta vamos a cruzar los límites de 3 provincias: Madrid, Ávila y nuestra querida Segovia.

Puerto de Abantos 1.640 m
La bajada por la pista asfaltada se hace rápida, siguiendo a nuestro guía que nos deja en el desvío señalado al puerto de los leones.


Hoy hemos respetado la maltrecha muñeca de Roberto, tomando todo el asfalto posible.


Subida por lo que creemos se llama el puerto de la Magdalena o como rebautizó Paco, la Col de la Madeleine, desde donde divisamos el peaje de San Rafael rodeados de pinos de la variedad de Valsaín. Pasamos el Collado de la Mina, donde un biker en posición zen espera el autobús de lo más relajado y comenzamos el descenso hasta que nos damos de bruces con una nueva vista de Guadarrama y su pantano.



De nuevo autofoto con la cámara sobre las bicis equilibristas
Esta pista está abierta al tráfico rodado y algún "pijiguero" que sube como loco nos hace preguntarnos porqué no estará cerrada al menos a los coches. Llegando al desvío por donde subimos en nuestra última visita a la Jarosa, al menos sabemos que por aquí no pasarán coches.  


De nuevo bajada rápida y algo peligrosa debido a las curvas descarnadas, donde se amontona la arena arrastrada por las lluvias. Llegamos al pantano de Guadarrama en un pis-pas y continuamos bajando hasta el polideportivo. Amenaza tormenta por la Sierra, Juan y Paco que tienen entradas para los toros ven peligrar la faena.


Donde nos despedimos de nuestro nuevo amigo Sergio, que va a volver a El Escorial por carretera.

- ¡Hasta la próxima!
Roberto se vuelve a comer a Segovia y el resto, después de una reponedora aunque escasa ducha, nos quedamos a comer por la zona y de vuelta a Madrid, unos a los toros y yo a casita.
Por cierto, el archiperre aguantó toda la ruta, sin apenas inmutarse.