viernes, 12 de julio de 2013

Fuente del Intendente y La Alternativa


Pocas veces me arrepiento de acometer una subida. 
Si no fuese por la recompensa que espera arriba en forma líquida, me habría asegurado de precintar la zona para evitar futuras tentaciones. La subida a la Fuente del Intendente en bici podría estar catalogada por Naciones Unidas como una auténtica tortura, ya que al menos se incumplen una veintena de derechos humanos, además de infringir claramente el tratado de París pues llegamos a invadir parte de Yugoslavia.

7 de julio de 2013. San Fermín. No me dio tiempo a ver el primer encierro, a las 8.30 nos habíamos citado en Parque Robledo los siguientes mozos por orden de aparición: Roberto, Nino, Michel, Javi, Peli  y yo.Y es que los tres últimos llegamos con media hora de retraso sobre el horario previsto porque Isaac destalonó en un salto en mitad de... ¡¡el carril bici!!


Tuvimos que escuchar de todo mientras intentaba el pobre Isaac meterle presión al tubular con la bomba de mano: ¡¡globero!!, tuercebotas!! pudrecolchones, revientabaúles, cierrabares, so-mugroso, hocico-pollo, pregonao,  mangasdehumo, correncueros, pisamostos!!.... Finalmente sacó la cámara...


Yo no digo nada... El que quiera ganar dinero invirtiendo en bolsa que se apunte a nuestras salidas. Dinero fácil y seguro. Día que pincha Peli, al día siguiente sube Michelín en bolsa.
Menos mal que nos tenían preparada la alfombra a la entrada del pontón para no volver a pinchar. Se estaban preparando para celebrar el Triatlon de Valsaín y estábamos en la primera transición.


Míchel hizo de guía durante la etapa, y la verdad que me encantó cada uno de los senderos por los que nos metió. Entramos por las depuradoras, huertas y campo de polo para enlazar con una desconocida senda entre robles y algún sendero conocido hasta Los Tobarejos.


Hasta ese momento tenía la esperanza de que la Fuente del Intendente había quedado tan lejos que nadie querría ir para allá. Enfilamos hacia la Chorranca. Mi gozo en un pozo, o en una fuente. Y es que la primera y única vez que intenté subir a la dichosa fuente, debió coincidir que la habían cambiado de lugar porque con una sudada considerable, sin aliento, subiendo por donde las líneas de nivel están más juntas y todavía no había rastro de fuente ni de agua, así que me di la vuelta y juré no volver a pisar esos terrenos. Hoy tendré que vencer esos miedos.
Al menos decir que las sendas están preciosas, ¿qué tendrá este pinar que conserva la humedad incluso a 35ºC y crecen los helechos por encima del casco?


Esta zona es algo técnica y pierdo el ritmo (además del resuello) al echar pie a tierra un par de veces. Paro a descansar y a descubrir el pinar en su esplendor.


En la Chorranca hago una parada para beberme medio arroyo, llenar la botija, la camel y la zapatilla, que en un mal apoyo meto el pie en el río. Ese pie fue el más fresco el resto de la ruta.
Se terminaron las pocas esperanzas de evitar al intendente cuando amenazaron las primeras rampas con un 10-15% de desnivel, que se va incrementando hasta un 20-25% y con pasos complicados entre piedras. En unos 2 kilómetros se asciende 400 metros. Como se puede apreciar en la foto, parece llano.


Fueron necesarias varias paradas, un rato de empujar la bici y otro de llevarla andando, por pasos que los corzos rodean para evitar lastimarse, donde las cabras montesas dan la vuelta, los lobos esteparios esperan pacientemente sus presas y donde la mosca común no vuela por falta de oxígeno.


Hubo un momento de indecisión hasta que Míchel hizo de avanzadilla y tras varias horas sin saber nada de él, apareció con agua en las manos, una cerveza bien fría y medio kilo de patatas. O había encontrado un chino o tenía que ser por allí.


Un rato más de porteo de bicis, 100 metros más de desnivel salvados, de repente un giro a izquierdas y un tramo por donde se podían dar pedales. ¡¡Qué bonito!! Tuve que obligar a mi cerebro a recordar cómo se pedalea y dejar de empujar la bici.


Señores, aquí la fuente. Fuente, he aquí unos señores. 


No sabemos si por el efecto de la altitud o por la falta de oxígeno, el agua que mana de esta fuente es la más fría, fresca y rica de todas las catadas hasta el momento. Estuvimos buscando la nevera de donde sale este líquido elemento, sin dar con ella.
En su defecto encontramos el cartel que da nombre a la fuente tirado en el suelo y que dejamos recogida, señalizando el manantial.



Después de un merecido almuerzo amenizado por Nino en plan club de la comedia, volvemos por donde hemos venido... más o menos... tirando dirección del Boquete alto de Majalgrillo


Como su propio nombre indica es un boquete, está alto (hay otro boquete bajo) y grillo majo no encontramos, pero si una colmena de hormigas cabreadas, capaces de devorar al más pintao. 


Tras varios arañazos, rasguños y otros altercados con el follaje, terminamos encontrando una pista ancha que nos devuelve al lugar de partida. Aquí Míchel nos quiere enseñar "La Alternativa" al K7, así que todos le seguimos. Primero saltando rocas, luego metidos por una senda preciosa rodeados de helechos, sin salir de la sombra. Fue el gran descubrimiento del día. El sendero es muy divertido, atraviesa varios arroyos y termina en la Boca del Asno donde aterrizo con una sonrisa de oreja a oreja.


La Boca del Asno es un hervidero de gente, imagino que madrileños en su mayoría que tratan de huir del calor de la kapital. Volvemos por los "siempre-divertidos" senderos junto al Eresma que hoy albergan la segunda parte del triatlón de Montaña de Valsaín. Se impone un ritmo de carrera y vamos adelantando triatletas hasta llegar a Valsaín desde donde iniciamos nuestra vuelta a Segovia por carretera para no llegar tarde, en un día que ha dado mucho de si.



lunes, 8 de julio de 2013

Cuelgamuros - Abantos: Un clásico por la sierra madrileña

"Abantos ha sido una ascensión a la que la organización de la Vuelta a España acude con frecuencia para completar el recorrido antes de culminar en Madrid. En los últimos años ha sido protagonista en numerosas ocasiones. Baste recordar la edición de 2003, cuando tuvo lugar una cronoescalada el penúltimo día al alto de Abantos, o la de 2007 cuando se hizo un doble paso por este puerto. Pero, francamente, excepto la primera parte, con rampas que llegan al 17% no es un puerto grande (pero al que sí se le da protagonismo)."



Etapa que ya puede denominarse como clásica que partiendo del polideportivo de Guadarrama recorre por anchas pistas los parajes con mejores vistas de la Sierra de Madrid y 3 elevaciones: Cuelgamuros, Abantos y Collado de la Mina. Aunque es recomendable realizar esta ruta en primavera por su calidad paisajista, tampoco es descartable realizarla en verano pues en gran parte de su recorrido vamos cobijados por los generosos pinos serranos.




30 de junio de 2013. De nuevo he conseguido engañar a Juan Carlos para salir a las 8.30 desde Guadarrama, esta vez desde el aparcamiento del polideportivo. 
Juan Carlos de nuevo aparece puntual, dos de dos, llevamos buena racha. En el párking se producen dos hechos preocupantes: al coche que está aparcado a mi lado le han reventado la luna (pensamos que fue durante la noche) y el segundo y no por ello menos peligroso, una música ratonera a todo volumen que sale de uno de los chalets de al lado. Quitamos de la vista cualquier objeto que pueda atraer a chorizos y mangantes y comenzamos a pedalear dirección La Jarosa, iniciando la ruta cuesta arriba, como debe ser.
Me doy cuenta a la altura del pantano de encender el gepese del móvil, así que el track que grabé no termina de ser circular del todo.

En un momento de lucidez mental nos da por buscar una alternativa para llegar al muro del Valle de los caídos. Mal hecho. Aparecemos en una pista polvorienta que termina en ninguna parte, donde están haciendo limpieza de ramaje y arboleda que nos obliga a pasear la bici al hombro hasta que enganchamos de nuevo con el sendero bueno. Perdimos algo de tiempo y bastantes fuerzas en la pateada, nada que no pueda reponer un trozo de manzana que encima se me fue por otro lado.


Un poco más de ascensión hasta llegar a nuestro primer mirador en Cuelgamuros, desde donde se tiene una vista de la colosal cruz del Valle de los caídos y de la abadía benedictina de la Santa Cruz que descansa a sus pies.


Seguimos rodando, realizando parada obligatoria en una de las fuentes de aguas no tratadas más frescas y mejor sabor del lugar.
Otra subidita y el siguiente mirador de 180º se abre a nuestros pies, con la Sierra de Guadarrama a dos alturas, vamos intentando descifrar cada pico: Mujer Muerta, Siete Picos, Bola del Mundo, Peñalara...


Fotos de rigor y a bajar por un cortafuegos, que aunque está bien acondicionado, tiene mucha piedra suelta. Tan bien se nos da que me termino pasando el desvío, por lo que tengo que retroceder unos metros arriba.


Seguimos bajando entre piornales que aportan su toque de color hasta llegar a la pista asfaltada que sube desde El Escorial y que nos lleva a Abantos.


Aquí tenemos que decidir si subir Abantos o hacernos una Silla del Rey para volver por ¿Villalba? No se yo qué es peor, así que le digo a Juan Carlos que prefiero seguir subiendo entre pinos que llanear al sol; hay que continuar con el entrenamiento en altura.
Las últimas rampas hasta el alto de Malagón son las peores, con una inclinación del 17%. Dice Juan Carlos que hubo una etapa de la vuelta a España 2011 que llegó hasta aquí. Lo dudo, porque el asfalto está muy roto y no hay suficientes pintadas, así que si hay alguien que nos pueda decir exactamente cual fue el recorrido de la etapa de la Vuelta 2011 (creo) con final en El Escorial, que deje un comentario.

Juan Carlos aporta la siguiente información: Tengo la prueba definitiva sobre la llegada de una etapa de la Vuelta a España al Monte Abantos
Año 1999. Victoria del mítico Laiseka


Desde aquí hasta el puerto de Abantos (1.640 m) coser y cantar.


Nos dejamos caer hacia la vertiente Abulense, con el asfalto mucho mejor cuidado, ¡donde va a parar! En Madrid tendrán dinero para Olimpiadas pero para arreglar la carretera... El caso que es preferible, así intentan subir menos domingueros en coche.
Descenso rápido hasta una pista aburrida y monótona que nos deja junto a la carretera de subida al Collado de la Mina, donde esta vez sí atacamos la senda que sube paralela al río, que está bien sombreada y nos hace sudar algo más que por el asfalto.


Se me hace algo dura la llegada al Collado de la mina. Coronando se ve que hay una concentración/ excursión del mítico jeep Willy, donde se podían apreciar auténticas joyas militares.


Quedaba la parte que más le gusta a Juan Carlos, bajar y bajar por un camino pedregoso y algo suelto, donde tienes que ir sujetando la bici para no embalarte. Incluso adelantamos algún coche.


También nos cruzamos con una pareja que subían en bici, la muchacha que iba detrás del chaval, sudando la gota gorda y con la cara roja del esfuerzo parece que iba pensando en la separación o nulidad matrimonial. Seguro que todo empezó con un: - ¿Te vienes a dar una vueltecita en bici?

La vuelta se hace rápido siempre por pistas para llegar a una hora prudente al coche, asegurarnos que no nos han robado nada y de vuelta a Madriz a pasar calor.