jueves, 26 de enero de 2012

La Vuelta a los Jardines

El domingo no hubo salida en bici, pero Juan, inquieto él, se fue a dar una vuelta por los Jardines del Palacio de La Granja. Ese es su terreno y así lo demostró. Hizo top 100, dejando bastante alto el pabellón.

Campeón!!
Aunque para campeones el que viene por detrás en pantaloncillo corto y camisetilla de verano. Tiene que ser de Valsaín, o no hacía tanto frío como nos quiere hacer pensar la indumentaria de Juan.



miércoles, 18 de enero de 2012

Gambada 2012


Gambada. No señores, la Gambada no es un baile prohibido, ni una postura para la "caidita de Roma", ni la peculiar danza de la gamba que se hizo famosa gracias a Florentino y sus Tonterías las justas.

La Gambada a la que hoy nos referimos conmemora este año su segunda edición y tiene su origen en una de esas arraigadas y profundas tradiciones gastronómica Segobiker como colofón a las fiestas navideñas.
El evento tiene lugar, a principios de año en el afamado Restaurante Sala de Guadarrama, donde a modo de comida de hermanamiento damos debida cuenta de unos cuantos kilos de estos crustáceos, después de haber realizado el esfuerzo titánico de llegar hasta allí dando pedales. 



 "Las gambas son la fruta del mar, pueden hacerse a la brasa, cocidas, al horno, al vapor, salteadas, se pueden hacer pinchos de gambas, gambas criollas, guiso de gambas, gambas fritas, rebozadas, sofritas o gambas con piña, gambas al limón, gambas con mango, con pimientos, sopa de gambas, en estofado, en ensaladas, gambas con patatas, hamburguesa de gambas,sándwich de gambas y… creo que eso es todo"

Bubba a Forrest en "Forrest Gump" (1994)


Sábado 14 de enero de 2012. Fecha señalada en rojo en nuestros calendarios. Desde hace más de un mes que estaba planificado este evento para cuadrar agendas.
A las 9 y poco de la mañana allí estábamos los clásicos: Roberto tan puntual, Juan Carlos que vino motorizado como yo, y Juan, que llegó sudando.


Foto de grupo antes de dar comienzo la salida de la II edición Gambada 2012.


¡He dicho foto chavales!, dejad los móviles, mirad a la cámara y meted barriga.


El día amaneció despejado y helado. El suelo crugía en las primeras pedaladas hacia el camino de Santiago y nos costaba entrar en calor. Yo llegué a ver -3ºC en el salpicadero del coche, pero sería broma, no creo que estuviéramos a menos de -2ºC y al sol no le habían dado al botón de encendido en nuestro camino.


Con estas temperaturas Juan Carlos parece que se le encogen las piernas. A los demás también, pero lo vamos disimulando para dar ánimos. Hay apuestas por el número de salidas que hará Juan Carlos este invierno, después de haber pasado una noche de Rock'n Roll en Pucela y de la equipación invernal que han traído sus majestades, seguro que la nieve le va a gustar.


Al fondo Segovia empieza a desperezarse y se aleja la niebla, mientras nosotros ya llevamos una "kilometrada", por el cordel de Santillana a punto de llegar a la fuente de San Pedro.


El sol hizo su aparición estelar en momentos determinados: calentaba, se escondía tras las montañas, aparecía detrás de un árbol, se volvía a esconder... pero a mi ya me daba igual. Soy hombre de sudor fácil y a esas alturas ya estaba calentito.


Las primeras rampas ayudan a des-anquilosar las piernas, falta nos hace. Yo además llevo el corazón desbocado, esto de adelantarse para tirar una foto y que te salgan a rueda no ayuda.


Juan, conocedor del paisaje y del "yo-si-eso-voy-tirando", también había entrado en calor y ya no paraba en los lugares estratégicos a posar para la posteridad.




El resto de la subida por la fuente de los pastores y cordel de Fuenfría a un ritmo que hace aparecer los pinchazos en la rodilla de Juan Carlos, síntoma inequívoco de una maldita condromalacia. Mira que se lo tengo dicho, que eso de correr es de cobardes, mejor pedalear a ritmo.
Llegando a la Fuente de la Reina de nuevo se deja ver el solete, ideal para ponerse moreno.


Subimos por la pista para no encabritar más al bicho de la rodilla. Según avanzamos parece que el ritmo aumenta, hasta que damos con la competencia de Toñi y Remi, unos risueños senderistas que desde Cercedilla llevan a cuestas y por tramos el tubo de la estufa del refugio de la Camorca, menos mal que sigue habiendo buena gente...


Íbamos recordando los 25 cm de nieve que encontramos el año pasado en esta misma travesía, este año se ha hecho esperar pero por fin, al día siguiente cayó una buena. A ver si aguanta 15 días la nieve, que este fin de semana me quedo en Madriz y sin bici.
 Llegada a la Fuenfría al sprint y en romería, un clásico.


Había en el puerto una muchedumbre que se habían enterado de nuestra llegada y estaban apostados esperando el "strils-tis". Juan no podía defraudar a su público.
Después de comer algo y con una temperatura que haría buscársela al mismísimo Nacho Vidal, el Corzo deleitó una vez más a las chavalas y chavales. Se dejó las gafas para no ser reconocido, pero para el que no lo sepa todavía, era el bribón de Juan.


Ibamos con adelanto sobre el horario previsto, así que optamos por el plan B, bajar por el Camino Viejo. Pero antes debíamos pasar por un punto negro. La conocida hasta la fecha como "bajada-donde-se-cayó-Rober-en-la-calamares" tenía que cambiar de nombre. Esa espinita que lleva Roberto clavada desde hace meses salió por fin.


Viéndolo con calma y desde la sabiduría que da el paso del tiempo, está claro que hubo una piedra que se cruzó ese día y fue a por Rober, le hizo una llave de yudo y viendo que no caía se fue contra la rueda de alante y le apalancó, saliendo catapultado. Que las rocas tienen vida propia, si no que se lo pregunten al capitán del naufragado Costa Concordia.
Esta es la maldita piedra y si no es esta, es una prima hermana. Con qué ojos de mala nos miraba!


El resto de la expedición también bajamos por la ya consagrada como"bajada-donde-se-cayó-Rober-en-la-calamares-pero-volvió-a-pasar-sin-problemas".


Como es habitual en estos casos, paramos a guardar un minuto de silencio, rezar un Padre Nuestro y un beso al suelo ya sagrado.


Continuamos por este tramo de la vía XXIV de Antonino, señalizada con sus hitos correspondientes, hasta enlazar con el camino viejo, que deja a la izquierda el valle del Arroyo de la Fuenfría.


En la vertiente madrileña tenemos nubes, aquí tampoco vamos a tener sol. Desde esta vertiente el paisaje que de vez en cuando se deja vislumbrar es precioso.


El inicio de esta senda es una trialera bastante técnica, con mucha piedra y algún escalón. De vez en cuando nos cruzamos con senderistas que suben o se quedan a un lado descansando de la paliza que supone subir hasta aquí. Como dice Roberto, este es camino de sentido único: el de bajada. Que se lo pregunten a los Sherpas que alguno tendría que ser multado por subir por dirección prohibida.


El camino es divertido, hay que cruzar algún arroyo, para desgracia nuestra por un puente, yo que quería un poco de barro...


Algún tramo de los de bici al hombro también hubo, para no defraudar a Juan Carlos.


También montábamos en bici de vez en cuando, sin dar pedales eso sí.


Llegando a las Dehesas el camino se convierte en pista y es entonces cuando uno se acuerda de lo que es dar pedales y cómo se cambia de plato y esas cosas. Cuesta volver a hacer funcionar los pistones después de una bajada.


El día nos está respetando. Se han abierto unos claros y el paisaje ha cambiado. Se ve Madriz a lo lejos con su peculiar sombrero de "ceodós". La temperatura es más agradable.


Por estos caminos la dificultad del día consiste en seguir bien el track, dando la vuelta de vez en cuando para recuperar la ruta. Algo incómodo sobre todo porque has de ir mirando el móvil, quitarte el guante, parar y todas esas cosas.


Saliendo de Cercedilla comienza a soplar algo de viento de cara y a Juan le da por ponernos en fila india y capturar esta bonita instantánea. De Juan Carlos se aprecia la sombra.


Llegando a uno de los cruces divisamos la ermita de la Virgen del Espino, hasta donde subimos Juan y yo a poner unas velas y a disfrutar con las vistas desde este cerro.


Y a partir de aquí dejé de mirar el track de la ruta y nos dejamos guiar por la intuición. Cuando parecía que llegábamos a Guadarrama, aparecimos en Los Molinos, después de haber dado una bonita vuelta por los alrededores. Decidimos terminar un año más por carretera, quedaban 3 kilómetros y tampoco era cuestión de llegar tarde, además mi estómago ya iba cantando "gaaaammmmbaaassss, gaaaaammmmbassss" así que carretera y manta.
Antes de la foto para el recuerdo, parada técnica en la gasolinera para limpiar el poco barro que llevaban las bicis.


Cuando entramos en bici al emporio que ha montado el señor Salasss, el vigilante casi salió a saludarnos. Ya  le dijimos que teníamos reserva y accedió a echarnos unas fotos ¿hay alguien que se ha dejado la indumentaria oficial? Bueno, queda exculpado.


Luego fuimos al polideportivo, sincronizados al minuto con las mujeres, encargadas de la logística y las mochilas que nos dejaron para ducharnos y cambiarnos.


Y después de una ducha reponedora, comenzó el festín. Decir que las gambas allí tienen un tamaño medio, ideal para comerte medio kilo sin enterarte y además están cocidas en un punto que resulta muy sencillo pelarlas. Una vez que comenzamos no hubo tregua hasta haber finalizado con todas, son como las pipas, hay que pelarlas, tienen el toque de sal y son un auténtico vicio.


Este año echamos de menos a Dani, que encima perdió su partido de basket, pero ahora mismo mi tímpano agradece su ausencia. Para la próxima salida no habrá homenaje Dani, quedas advertido, esto no se puede repetir todos los días.
Cuando salimos era noche cerrada, pero nos dio tiempo a hacernos la última foto de familia.


El año que viene ¿repetimos?



Track de la ruta


miércoles, 11 de enero de 2012

¿No habéis salido este año?

Pues sí, hemos hecho un par de salidas, pero desde principios de año estoy de mudanza y me he quedado sin "internete" en casa, así que no dispongo de medios, ni de tiempo ni de ganas para publicar nuestras andanzas, sobre todo después de transportar los enseres personales. 


A ver si para la semana que viene al menos tengo teléfono en casa...

lunes, 2 de enero de 2012

Escalando Cerro Pelado

Esta es la otra crónica que tenía pendiente desde el pasado lunes 26 de diciembre, algo de retraso acumulado, así que iré rápido comentando las fotos y sin entretenerme.

Lunes 26 de diciembre de 2011. De nuevo amanece soleado pero con un frío gélido. Para muestra un botón: al pasar por un arroyo de camino al pantano tuve que romper una capa de hielo.


En las mismas escaleras del pontón me encuentro con los Kamorcas y Ketekés, que me invitan a unirme a la expedición Malangosto 2011. Otro día chicos, que Juan me estará esperando.


Desde el submarino salimos Juan y yo, y una sorpresa de última hora. Mi hermano Javi que le han dejado plantado se nos une, ya somos un trío! 
Entre los miles de archiperres con que ha tuneado la bici mi hermano, hoy va probando el manos libres que lleva acoplado en el manillar. Tiene que agacharse para hablar pero dice que funciona.


Salimos por la pradera que discurre junto a Valsaín y que tanto nos gusta a Juan y a mi, en busca del camino inexistente como más tarde comprobamos.


Al llegar a la zona donde las máquinas están realizando trabajos forestales cambiamos de dirección, y tomamos el camino to'parriba, también llamado el-de-vosotros-estais-locos.


Parada a alimentarnos con frutos silvestres y otras especies del bosque.


El camino to'parriba está bien marcado, pero supone hacer algo de empuja-bike, un gran deporte que requiere fuerza, garra y pundonor. Algo de los que los Segobikers andamos escasos, con lo que se nos hizo algo complicada la escalada hasta Cerro Pelado.


Según Juan estábamos al lado: - "Si no llegamos en 10 minutos me como ese tronco."- decía con imprudencia.
Javi quería puentear una máquina para subir sin esfuerzos. Una pena no llevar un tenedor.


Juan estaba dispuesto a ir de paquete en la trituradora.


Pasados los 10 minutos de rigor, Juan cumplió con su promesa y se comió un tronco hecho serrín, para no tener que masticar y ahorrar en la dentadura.


Primeras y últimas pedaladas que dimos en busca del dichoso camino. Otra vez a escalar bici al hombro, dando por desaparecida la vereda de Valbuena en sus últimos metros.


Hubo cambio de bici. Juan salió perdiendo con los casi 18 kilos de montura mientras que a Javi le dejamos de ver camino arriba después de haber perdido casi 8 kilos en el cambio.


Llegada a un mirador donde caímos rendidos para hacer acopio de energías.




Unos cuantos buitres nos debieron ver mala cara, porque también querían aprovisionarse con nosotros, no dejaban de dar vueltas sobre nuestras cabezas.


Ahora que podemos dar pedales aprovechamos para llegar a la fuente de la Reina, beber agua y pensar por donde volver: acebeda o Minguete. Javi dice que no conoce la Camorca, monte afamado en el mundillo biker por heredar su nombre del grupo de los Kamorka con k (espero que algún día Gasofa explique en una de sus crónicas la verdad sobre el nombre de este grupo), así que vamos otra vez para arriba.


Llegada a la cima, sin oxígeno y sin motor.
Panorámica del lugar.


Firma de los abajo firmantes en el libro de honor y a bajar.


Otra vez Javi desaparece de nuestro alcance, ahora bajando con cabriolas, saltos y otros alardes de cara a la galería. Juan y yo nos los tomamos con más calma.


Bajada por el cordel de Santillana, por un terreno que al deshelarse deja un barro propio para derrapar o para perder el control de la bici en algunos tramos, que solventamos sin problemas salvo el consabido barro que se agarra al cuadro de la bici. 


Nos despedimos de Juan y a seguir hasta Parque Robledo, donde Javi ha dejado la fregoneta en la que volvemos juntos como hermanos.