Valle de La Jarosa
"El valle de La Jarosa es un valle de montaña situado en el suroeste de la Sierra de Guadarrama (sierra perteneciente al Sistema Central), y en la vertiente sureste de la misma.[...] Podemos encontrar choperas, sauces y fresnos en las riberas y cauces. El sotobosque está constituido principalmente por helechos, jaras, retamas y enebros."
Fuente WIKIPEDIA
Domingo 12 de diciembre. Después de un puente casero, de celebraciones y comilonas sin tocar la bici (al menos yo, que Roberto y Juan salieron el lunes) toca salidita madrileña. Nos quedó pendiente una vuelta por la sierra de Guadarrama y con las previsiones que daban para hoy, pues ya tenemos plan.
Da gusto con los Segobike, el fin de semana que me quedo en Madrid, se apuntan a hacerme compañía al otro lado de nuestra Sierra, sin dudar.
Quedamos en el polideportivo de Guadarrama, en Madrid hay bancos de niebla y una temperatura de 4ºC, pero aquí el cielo se empieza a despejar y la temperatura es suave, huele a ruta de las buenas.
Salida dirección al embalse de la Jarosa y ya pica hacia arriba. Pasamos bajo el viaducto de la A-6 donde siguen de obras. Me doy cuenta que me he dejado la cámara en el coche, pero a estas alturas no voy a volver... de ahí la cantidad y la calidad de las fotos.
Bordeamos el pantano por una pista asfaltada que recuerda en algunos tramos la subida a Abantos solo que con más coches. Han abierto la veda del cochino jabalí y tenemos coches desparramados por todo el camino, en fin, esto es Madrid...
Vemos la cruz del Valle de los caídos al fondo. Porque vamos mal de tiempo, sino nos habíamos pasado a misa de 12, que dicen que ahora es al aire libre y está muy animada.
Avanzamos por tramos de subida que se hacen interminables, siempre asfaltados, rodeados de pinos con líquenes en la corteza, indicador de la pureza del aire que estamos respirando; vamos viendo las jaras que dan nombre a este valle. Volvemos la vista atrás, el paisaje es de foto, en un día abierto en el que se ve el perfil de la Sierra de Guadarrama desde otro punto de vista y al fondo los monstruos de las torres de la ciudad deportiva del Madrid emergen sobre la niebla como fantasmas.
Llegamos al desvío que nos va a subir por un camino de tierra en muy buen estado pero con un desnivel importante, de repente aparecemos en una claro tapizado de verde que anima a seguir subiendo hasta dar con el Camino del Vía Crucis (¿por qué se llamará así?) que para nosotros finaliza en el Collado de la Gasca, donde nos desviamos para bajar hacia San Rafael por una senda plagada de raíces y pedregales que conecta con un divertido camino que nos obliga a pisar la N-VI y llegar a San Rafael por carretera.
Sin descanso tomamos la pista paralela a la A-6 rodeando el centro de explotación de Iberpistas y con cuidado de no hacer saltar los radares a nuestro paso. Pasamos la parada de tren de Gudillos y nos adentramos en zona arbolada de nuevo. Es nuestro momento de repostar, hay un río cerca y a Juan se le ocurre hacer un curso de buceo, sólo la primera lección: pie dentro hasta el tobillo y sacarlo rápidamente.
Con buen humor y la funda de las gafas como calcetín solucionado, jejeje
Para ser una "ruta madrileña" no encontramos demasiada gente por el camino, pero de vez en cuando nos cruzamos con grupos de 2-3 bikers.
En la continuación intentamos seguir la Cañada Real Leonesa, pero en un desvío cogemos un atajo, con la bici al hombro eso sí, hasta aparecer en la senda del Arcipreste de Hita, por donde el famoso clérigo encontróse con la Serrana fea, con la que se ceba: "Tenía en el justillo sus tetas colgadas, dábanle en la cintura porque estaban dobladas, que, de no estar sujetas, diéranle en las ijadas; de la cítara al son bailan, aún no enseñadas." (dedicado a Roberto)
Descenso hasta la N-VI, el circuito de carreras por donde los coches suben y bajan a una velocidad endiablada. Nos parece peligroso subir por esta carretera hasta el Alto del León (anteriormente conocido como Puerto de los Leones) , así que buscamos una alternativa, pero no la hay. Después de un trecho con la bici a cuestas, con mucho cuidado cruzamos la carretera y por el hormigón que hace de bajante de aguas, subimos (yo con más pánico que Pepiño pilotando un avión durante una huelga de controladores) hasta un apeadero donde soy incapaz de seguir y busco un camino campo a través (otra vez bici al hombro) para coronar el puerto.
Seguimos bajando por la pista que se transforma en asfalto y empujados por la energía potencia llegamos hasta el embalse de la Jarosa, y de nuevo a Guadarrama. Damos un agua a las bicis en la gasolinera, una duchita en el polideportivo y a tomar uno de los famosos bocatas del Romantic ¿se puede pedir más?
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