lunes, 28 de noviembre de 2011

Cerro Maravillas



"Mirador Gallarza. Este precioso mirador se construyó en 1952, es un aérea balconada de granito en la loma de los Cogorros, a un kilómetro al norte del puerto de Navacerrada. Desde allí se puede ver La Bola del Mundo justo enfrente, los pinares de Valsaín y las montañas que cierran el amplio valle: la ladera norte de las Guarramillas y las cumbres de Dos Hermanas y el pico Peñalara.

El nombre de "mirador Gallarza" es en honor a una dinastía de aviadores, entre los que se cuenta el primero que realizó la travesía aérea entre Madrid y Manila y un ministro del Aire concluida la guerra civil española.

Buceando en el histórico del blog (es lo bueno que tiene, que puedes ver lo que hiciste el año pasado) veo que aún no hemos puesto el pie en el cerro Maravillas, pues la nieve de aquellos días y la desorientación desaconsejaron seguir por aquellos lares. Sin embargo desde el martes "Montes-de-Oca and company" dan soleado para el fin de semana, así que hay que aprovechar.

Domingo 27 de noviembre de 2011. La helada de anoche ha dejado una mañana de ensueño. Cielo despejado y temperatura primaveral, no se puede pedir más.
Salgo desde Nueva Segovia con Juan y vamos en busca de Roberto. Juan Carlos hoy se ha quedado en Madriz por compromisos sociales y nos hemos quedado sin la temperatura oficial, entre otras cosas. También me he dejado la cámara de fotos en casa, hoy les toca hacer horas extras a Juan (todavía estoy a la espera de recibir esas instantáneas que por fin han llegado) y a mi móvil. Ya estamos todos.

Por el carril bici se deja sentir algo de fresco, nada que ver con los 0ºC de ayer noche, ni frío ni calor.
Salimos por Robledo un poco de carretera, un atajo por caminos embarrados y empozoñados con mierda de vaca  y ya estamos en Valsaín, donde nos alegra volver a ver a Luis Angel, que sin saberse curado del todo ya está dando pedales, tranquilo pero pedales, ánimo!!

Ya en los inicios de la gallega se empieza a ver gente andando y en bici, va a ser una romería, pero es que debería ser delito quedarse hoy en casa...


Suena un móvil. La tradicional llamada de los super-tacañones y posterior alto en el camino.


Aquí ya sobra ropa y Rober y yo aprovechamos para ir soltando lastre.



Subida por la pista de la Fuente de la Reina hasta la susodicha, donde mana un hilo de agua. Es increíble, porque bajan cantarines todos los arroyos y según comprobamos más arriba, el agua brota hasta por las paredes, pero esta fuente debe tener otros manantiales.
Foto del grupo y me parece reconocer a Pozí entre los allí presentes.


Reponemos glucosa y subimos por la calzada romana, que hoy nos muestra todo su esplendor. Está rebosante de agua y rezuma otoño por los 2 costados.


Paro a hacer una foto con el móvil, pues esto de las nuevas tecnologías táctiles te obligan a sacar el dedo del guante para disparar. Cuando he disparado ya no hay nadie...


..y otras veces cuando disparas ya has desenfocado la acción.


En la Fuenfría, lo que esperábamos: miles de personas allí almorzando, tomando el sol, mirando el paisaje. Estos dos acababan de llegar y querían seguir por el camino Schmidt, pues hale! a dar pedales.


Aquí van esos locos.


Así de espectacular estaba el Schmidt también. Algo húmedo pero perfecto para rodar


Mucha gente caminando también por aquí, pero con una simple aviso se van apartando para ceder el paso. No hay paradas para hacer fotos porque me cuesta un triunfo sacar móvil, quitar guante, esperar que se abra la aplicación, disparar, volver a poner guante y guardar móvil, así que conformaros con una foto de la residencia militar de los Cogorros, además desenfocada .


Por la parte de atrás de la residencia sale un camino que pasa junto al Mirador Gallarza y aprovechamos a sacar unas fotillos.


Más adelante tenemos una zona con vistas a la sierra Segoviana: Siete Picos, Montón de Trigo, Mujer Muerta... 


Allí nos quedamos a comer algo, cambiarnos de ropa y Juan a... ¡tomar el sol! El día era propicio, pues no corría nada de aire y se estaba de lujo. Poco nos faltó para quedarnos en gayumbines, pero había público y no era cuestión de dar más espectáculo.



Mandamos un wasap a Juan Carlos para darle envidia, que ayer se hizo el anillo verde ciclista con algún atajo, pero claro eso se puede hacer en una bicicleta plegable. 
Siguiendo el sendero llegamos al Cogorro de Maravillas, que se encuentra en un paraje singular y desde donde hay unas vistas maravillosas como no podía ser de otra manera.



Desde aquí comenzamos el pronunciado descenso por una trialera bastante divertida y marcada por hitos.


En algún lugar nos equivocamos de hitos porque terminamos saliendo a la peligrosa CL-601 y sin tiempo para investigar nos tiramos por las 7 revueltas hasta el puente de los mosquitos, donde nos despedimos de Roberto, que se vuelve por carretera.
Juan y yo nos damos un empacho de senderitos por el pinar, plagado de troncos y ramas caídos que intentan entrampar nuestro paso. Cruzando un arroyo Juan prueba los nuevos calcetines metiendo el pie hasta el tobillo. El pie llegó seco a casa y nosotros sudorosos pero disfrutamos de la ruta.


lunes, 21 de noviembre de 2011

De aquellos barros, estos lodos

"El Cerro del Puerco nos muestra los restos de trincheras, edificaciones, fortificaciones, troneras; es decir, una notable variedad de construcciones bélicas que tienen su relación con la conocida como Batalla de La Granja, que tuvo lugar en la primavera del año 1.937. 


Se cuenta, algunas fuentes así lo dicen, que como no se conseguía tomar este cerro por la XIV Brigada Internacional, que lo intentó en cuatro ocasiones durante dos días, para llegar al último asalto hubo que "vencer" un amotinamiento mediante "la ejecución sumaria de cinco soldados al azar". Otras fuentes, con alguna base documental, cuentan que los cinco soldados "ejecutados" lo fueron por desertar. Salvajadas, unas u otras, que nos recuerdan lo que algunos llaman el "cainitismo español". En fin, parece que en esa fallida toma del cerro la XIV BI dejó novecientos muertos."
Fuente: Rutas por Segovia: Miradores al valle de Valsaín - El Cerro del Puerco. Jesús Martínez

La semana pasada Toñi encontró el chozo Aranguez hecho un estercolero y con varios desperfectos. A través de su blog,  montó un escuadrón de limpieza y bricolaje para salir el domingo a las 9.00 desde Valsaín. Nos pareció una gran idea la aportación de Toñi, así que nos apuntamos para subir a echar una mano y bajarnos la basura.

Domingo 20 de noviembre de 2011. No hay tregua. Lleva todo el fin de semana lloviendo y hoy no iba a ser menos. 
Día de elecciones y a las 9.00 me planto a votar, disfrazado y todo. Fui el primero de mi mesa en enchufar la papeleta, un privilegio y creo que será la última vez que hoy llegue primero a algún lado. No hay fotos porque los medios estaban cubriendo cómo votaba Rubalcaba, ellos se lo pierden.

Salida neutralizada desde casa de Juan y pistoletazo de salida en la rotonda de Palazuelos donde hemos quedado con Roberto que quiere cambiar la dirección de nuestras pedaladas hacia el único claro que se ve en toda la península, pero tenemos cita en el chozo, hoy no puede ser. 

Está cayendo agua en estado "xiri-miri" (parecido al estado líquido pero más disperso, como la lotería de Navidad) que va impregnando nuestras prendas poco a poco y cuando te quieres dar cuenta vas calado hasta los huesos.
Por el carrilinchi bici voy soñando con llegar a zona arbolada, cuando nos ataca por detrás David Kamorca... ¡sólo! Nos comenta que Remi ya está en el chozo ¿tan pronto? y que subamos paraguas. Se queda en el submarino esperando a Vicente y no le volvemos a ver.
Parece que no somos los únicos zumbados en dar pedales con la que está cayendo, lo que da alas a Rober.
Ponemos el turbo y nos plantamos en la puerta de Cosíos, a cubierto de tanto agua. Ya nos podemos quitar los chubasqueros, que vamos sudando como pollos.


Subimos por la fuente de la plata, evitando las raíces resbaladizas por donde se puede, donde no se puede Juan Carlos derrapa. Me ha venido con los slicks, una mala elección de neumáticos le va a lastrar el resto de la etapa.


La lluvia en Valsaín es una maravilla. Le da otro aire la lluvia al bosque y en esta época del otoño está resplandeciente. Nos seguimos mojando pero menos.


Tiramos a la fuente del Chotete, que Juan y yo venimos con ganas de trepar por 2 cabañas. Otra mala elección, esta vez por mi parte. Hoy no era el día, pero con ganas nos nos ibamos a quedar.


La primera pala del monte ya nos pone a cada uno en su sitio: Juan dando pedales y el resto en cuanto enganchamos una zona resbaladiza pie a tierra y a trepar.


 Yo voy especialmente fatigado, me cuesta recuperar una barbaridad y en cada parada que hago me quedo un rato bajar de pulsaciones. No era el día. Hacemos un alto en el camino ("vivimos de nuestros anunciantes" como diría el gran Jose María García) y me pongo tibio de membrillo, glucosa y otros azúcares en vena. Todavía queda un tramo de cortafuegos.


Para que os hagáis una idea, Roberto parece que va tumbado empujando la bici mientras sigue subiendo.



Enganchamos con el senderillo de subida al chozo, aquí se pueden dar cuatro pedales seguidos y casi nos parece un descenso. Roberto va desgranando los artículos de la república independiente del Chozo Aranguez, con su constitución, su representación parlamentaria y todo.


¡Arrecia en San Mamés! En cuanto salimos del abrigo de los árboles, nos vemos desprotegidos y llegando a Majada Aranguez empieza a diluviar. Aún así disfrutamos por ese sendero donde la senda se confunde con un río y los ríos desbordan sus cauces.


Llegamos al chozo y ya vemos fuera 4 grandes bolsas de basura. Pero es que dentro ¡hay montada una fiesta! Está Toñi, tan risueña como siempre, y sus senderistas Imma e Ino.


Remi (que no es risueño, es una sonrisa continua) ha subido el taller portátil y ha dejado la plataforma para montar una mesa de billar de lo estable y nivelado que se aprecia. Los chicos de La Acebeda que también han colaborado en la obra. Un guarda forestal que va a bajar los trastos en coche y más gente. Casi no cabíamos. No se si me dejo a alguien, pero GRACIAS A TODOS.

El humo no es de tabaco, que también está prohibido fumar en el chozo,
es nuestra transpiración
La verdad que estaba todo perfecto. Sentimos haber llegado tarde chicos, pero íbamos con toda la intención de echar una mano. Al final la mano la echamos al chorizo, al pan y a las pastas.


Como no subimos comida para todos los allí presentes, aquí los chavales hicieron más amena la estancia y nos deleitaron con un top-less como postre.


Peñalara había desaparecido bajo esa cortina de nubes ante tal espectá-culo.


Cambiaditos y aseaditos salimos del chozo y allí seguían las bicis que no se las había llevado la corriente, sólo estaban un poco mojadas. Pues nada, a abrigarse que ahora toca bajar.


Y donde hay agua hay barro y donde hay barro hay diversión.


 Volvimos por las Zetas donde nos cruzamos con ¿3 motos? subiendo en dirección contraria. Intentamos enganchar con un sendero, pero otra vez nos encontramos con los restos de las podas del monte:


Y donde ayer había un camino, hoy tenemos un lodazal, que las máquinas y la lluvia han ido horadando.


Atravesamos esos lodos y terminamos subiendo al cerro del Puerco, para ver sus fortificaciones y lo que más valor tiene aún: el paisaje que desde allí se otea.
 


La bajada muy divertida, con el terreno mojado da más agarre que la última vez que bajamos por aquí, un secarral en pleno mes de septiembre.


Un poco más de barro después y unas vueltas por los huertos de la Granja, nos dejan en el carril bici de nuevo, con una temperatura de 11ºC ideal para tomar una cervecita, pero no vamos con tiempo y preferimos llegar antes a casa, donde la lavadora echó a correr en cuanto me vio aparecer ¿Por qué será?


miércoles, 16 de noviembre de 2011

Alma de estreno

Casa de Eraso o Casarás. "Se alza el convento de Casarás en el corazón de los montes de Valsaín. A escasa distancia del puerto de la Fuenfría, su localización es una de las más hermosas de la Sierra del Guadarrama que a pesar de su aislamiento no es demasiado esforzado alcanzarla.
[...] Nada queda de su esplendor, más que un par de muros y un arco que asemeja una solitaria costilla.


Más que convento fue un palacio de fortuna donde Felipe II descansaba en su anual travesía del Guadarrama entre los ardores madrileños y el frescor de Valsaín. Su nombre, Casarás, parece ser una deformación del nombre originario del edifico: Casa Eraso. 
Construcción ruinosa que poco a poco fagocita el pinar y el monte guadarrameño entre los paños de sus viejos muros, el aire ventea una oscura leyenda."

Juan Carlos estrena bici y queremos una ruta para que recuerde el día de hoy. Nuestra idea: llegar a la fuente de los mosquitos por el Eresma, subir Cotos, bajar a Rascafría mitad asfalto mitad caminos y volver por el Reventón.

Domingo 13 de noviembre de 2011.  Siguen las rachas de viento, pero no tan huracanado como ayer sábado que parecía que íbamos a salir volando. No hay peligro de desprendimiento, se puede salir en bici.
Salimos desde casa de Juan, donde llega Juan Carlos con su nueva y flamante Orbea Alma y unos pequeños desajustes en la dirección.
No hay problema, metemos la bici en boxes y en un minuto como nueva.

- Pásame la llave para el tornillo jónico de la trócola
Cruzamos el pantano y nos adentramos de pleno en el otoño: robles semi-desnudos que han acolchado el camino, creando una alfombra tejida con miles de hojas, dejando entrever de vez en cuando una zona verde.


En algunos tramos desaparece parte de la rueda entre tal cantidad de hojas. Bonito inicio de ruta.


Vamos viendo los restos del temporal de ayer: palos, ramas, ramitas y ramones por todos lados, los caminos están muy sucios y llenos de estos recordatorios. Hasta Rober decide llevarse una rama bastante aparente de recuerdo en el cambio trasero. Paramos para desenredar el entuerto antes de partir la patilla del cambio.
Llegando a las ruinas del Puente de los Canales nos asalta la duda ¿alguien sabe porqué se llama a este paraje La Máquina Vieja? ¿Dónde estaba la máquina? ¿Tan vieja es? El que lo sepa que deje un comentario y nos saque de esta duda, plis.


Subimos por las "siempre divertidas" sendas del Eresma, hasta que damos con "la autopista" que han dejado las máquinas del aserradero antes de llegar a la Boca del Asno. Tenemos que sortear los surcos de las huellas de estos monstruos pesados y seguir cada uno por donde puede. 


Esperemos que el camino quede igual. Todo esto lo han hecho para recoger estos troncos, que digo yo podrían haberlo hecho como los gabarreros, con unas mulas y a la vieja usanza.


Pasado ese tramo, el pinar está espectacular. No se nota el viento, sólo unas cuantas ramas caídas.


Ya os digo que el pinar también estaba invadido por las ramas caídas por los excesos del dios Eolo, así que repetimos parada para sacar una ramita que esta vez se quería llevar Juan Carlos...


...vemos que va cogiendo experiencia en eso de llevar la bici al hombro, ahora con más ligereza pero todavía le falta soltura.


El río también daba gusto verle, baja agua en condiciones. Ahora hay que pensárselo dos veces antes de cruzar.


Un tramo a pata hasta ver el puente de los mosquitos y de un salto nos incorporamos a la CL-601


Descubrimos una senda paralela a la carretera que salva ese tramo de asfalto (siempre peligroso) hasta el GR-10. No pisamos la carretera, pero nos costó subir al camino, no importa, es preferible patear un camino que rodar por carretera.


Desde aquí hacemos la subida más agradable, a ritmo, por sendero asfaltado hasta el desvío del camino Viejo del Paular donde después de un pequeño desvío conseguimos llegar al puerto de Cotos.


Y es allí donde nos encontramos a este grupo de quinceañeros que habían subido a merendar al campo. Aunque les invitamos a unas cervezas declinaron la oferta, menos mal porque nos habrían dejado sin cuartos.


Resulta que Cotos y sus 5ºC fueron el destino preferido por media Segovia el domingo pasado. Los Sherpas también subieron, pero se quedaron a las puertas de la Venta Marcelino (¡aayyyy, ignorantes!). Allí nos aguardaba el calor de un café, el frescor de una birra y un buen pincho de tortilla.


Aquí ya vimos que Rasca-fría iba a ser destino imposible por el tiempo, tanto el climatológico (niebla y viento noroeste) como la duración, así que lo dejamos para otro día. Con ganas nos quedamos de subir la loma del Noruego hasta la Bola...pero hacía mucho frío. Pues nada, chubasqueros, carretera y manta hasta el puerto de Navacerrada, a grito pelado para hacernos notar, porque ver, lo que se dice ver...
Juan y Roberto pusieron el tren, hasta que el vagón de cola quedó descolgado ya llegando al párquing.
Estaba fino también el puerto y os podéis imaginar el camino Schmidt, que vimos hasta gente con maletas y neveras. Todos muy respetuosos, eso sí, se retiraban para dejarnos paso, parece que es posible la convivencia ciclsita-peatón.


Haciendo un alarde termino con la rueda delantera medio destalonada, perdió aire al bajar una piedra pero al meter la bomba volvía a cogerlo. Seguimos el camino por la senda de los Cospes, menos transitada y más divertida aún que el Scmidt, hasta la fuente de la Fuenfría donde paramos a rellenar el agua que en Cotos no nos atrevimos a coger por no quedarnos helados.


La parte entretenida empezó bajando por la calzada romana, saltando ríos, piedras y pedruscos. Nos desviamos para ver las ruinas de casarás, donde nos pareció ver el espíritu de Hugo de Marignac junto a la estructura que soporta la última ventana que queda en pie. Ampliad la foto, no se qué pensará el amigo Íker Jiménez al respecto.


La niebla va desapareciendo y realmente desde aquí las vistas son magníficas.




Mirando el reloj se nos hace tarde, tenemos que dar por terminada la ruta: bajada por asfalto hasta el camino de Santiago, donde nos despedimos de Roberto que se vuelve por carretera a casa. El resto del grupo por Santillana, camino de los tanques y a casa.



Damos por terminada la ruta y nos despedimos. La próxima semana más y mejor