jueves, 11 de agosto de 2011

Romería de Malangosto


La Romería del puerto de Malangosto nació con el espíritu de unir a los habitantes de ambos lados de la sierra: el valle de Lozoya (hoy integrado en la provincia de Madrid) y los pueblos serranos de Segovia.
El puerto de Malangosto es mucho más que un lugar de paso. 'El Libro de Buen Amor', uno de los hitos de la literatura universal, relata el paso del Arcipreste de Hita por este puerto y su encuentro con la Chata .
Fuente: Fotomobil
Pasando yo una mañana
el puerto de Malangosto
asaltóme una serrana
tan pronto asomé mi rostro.
-Desgraciado, ¿dónde andas?
¿Qué buscas o qué demandas
por aqueste puerto angosto?
Contesté yo a sus preguntas:
-Me voy para Sotos Albos.
Dijo: -¡El pecado barruntas
con esos aires tan bravos!
Por aquesta encrucijada
que yo tengo bien guardada,
no pasan los hombres salvos. 

El primer domingo de agosto es una fecha marcada en nuestro calendario. Se celebra la romería de Malangosto a una altura de 1.951 m a la que he acudido durante años de forma motorizada y en compañía de mi padre. Este año coincide que todos los Segobikers estamos en Segovia, así que la ruta del domingo estaba preparada. 
Mi hermano Javi también ha empezado a salir con la bici, cosa de la que me alegro (con mi otra bici, cosa de la que me alegro aún más) y los amigos con los que sale se animan a subir también, bueno menos Vilches que no se qué tiene en contra de dar pedales.

Domingo 7 de agosto de 2011. Somos nueve a las 9. Casi multitud, un pelotón para lo que estamos acostumbrados los Segobike. De izquierda a derecha: Juan Carlos, Dani, Roberto, Javi, Cuca, Juan, Bibi, Ramón y Paco. El comando Malangosto.


Al fondo se ven nubes en nuestro objetivo, pero seguro que se disiparán a lo largo del día.
Salimos de Trescasas y empezamos subiendo en grupo junto al "ahora-sin-agua" arroyo de Peñas Lisas, hasta la Cañada Real.  


Pero antes de llegar a la Cañada tenemos la primera baja. Dani, que no se encuentra bien, se da la vuelta para casa. ¿Mesié Mazó le golpeó? Ahora "solo" somos ocho.

Última vez que veremos a Dani en la etapa
Seguimos por el secarral que se convierte la Cañada a estas alturas del año, mientras se empieza a despejar el nublado con el que hemos amanecido y el sol nos alienta desde lo alto.

- Ya no puede retirarse nadie más, eh?
Ya en la Cañada se estira el grupo, para disfrutar de este tramo que tantas veces hice de chaval con mi primera bici, una DiamondBack que hoy descansa colgada de la pared del garaje, no como si fuera un trofeo, sino más bien olvidada y sustituida hasta en tres ocasiones.




Vamos a subir por el camino que viene de Torrecaballeros, aunque más duro por la falta de sombras y por alguna de las rampas que nos esperan, es siempre más corto.
Hoy es día de unión entre pueblos, a Malangosto llega gente por todos lados y de múltiples maneras: caminando, en bici, a caballo y también en coche, el camino por el que subimos es privado, únicamente se permite el acceso el día de la Romeria. Por eso dejan sin candar ciertas porteras, para facilitar el tránsito de los romeros.


En la Dehesa enfilamos la subida a Picoroncho, el primer desafío del día. Subida por una pista recientemente arreglada y por tanto muy cómoda, que va ganando altura de forma zigzagueante antes de llegar a la portera de Picoroncho, donde paramos a reagrupar.  






Empezamos a tener algunas vistas de la provincia de Segovia.


La parada nos viene bien a todos y vamos buscando las pocas sombras que tiene el camino para no achicharrarnos, que ya se nota al lorenzo sacudir con fuerza.


Los recién iniciados en esto de dar pedales responden bien, vienen sufriendo (como todos) pero a su ritmo, de momento no hay desmayos ni más abandonos. Hoy se han olvidado el motor en casa y están sudando gasolina para seguir el camino.


Nos cruzamos con Víctor y su chica, que suben a caballo desde Torrecaballeros seguidos de un hombre que sube andando a buen ritmo. No será la última vez que nos les crucemos, en una carrera por llegar en la que nos íbamos adelantando unos a otros.


Retomamos el camino con unas rampas del 18%, por lo que cuesta coger el ritmo otra vez. Pasamos las primeras rampas y comienza una zona que permite retomar el aliento y coger ritmo. Adelantamos a los caballos y al hombre que va andando.


Hacemos otra parada antes de acometer la cuesta de Mataburros, donde nos vuelven a pasar los jinetes y el andarín.


Mataburros no hace honor a su nombre y nos deja todavía con vida para seguir quemando calorías.


El paisaje va variando, pasando al verde de las retamas que crecen desordenadas, intentando invadir el camino y si te descuidas dejando algún arañazo en el brazo.



Mientras esperamos para reagrupar aparece mi vecino Raúl y los 7arroyos, que se han quedado en 3, pero bien avenidos. Reanudamos la marcha todos juntos.

- ¡Bienvenidos al infierno!
Con esas palabras de bienvenida iniciamos el ascenso por un camino sembrado de piedras que obligan a echar pie a tierra, en fila india y empujen-biken.

- Ay Hop, Ay Hop al bosque a trabajar...
Incluso algunos atrevidos hacen carreras bici al hombro, juguetones que estaban, hasta que encontramos el terreno adecuado y comenzamos a pedalear, luchando contra la pendiente, el terreno e interrumpidos por el paso de vehículos 4x4 que suben a duras penas y con algo de peligro para la integridad de los bikers que tenemos que echarnos a un lado para dejar paso a los cavallos con v.


La llegada al chozo, siempre un oasis después de pasar por el pedregal que le precede.


Y cuando hablamos de oasis, hablamos de oasis de verdad, porque después de subir con la bici a cuestas por un terreno con pedruscos como melones y muy descarnado, todo esto parece salido del cuento de las mil y una noches, con Simbad el Marino:

- ¡Yo me quedo aquí!
Alí Babá y los 40 ladrones


Aladino y la lámpara maravillosa (aunque a Aladino parece que no se le da muy bien lo de frotar)


Encima los de los 7 Arroyos nos convidaron a la degustación de una tortilla exquisita y chorizo "casero", con su pan, su bota de vino, sus platos de plástico, su navaja... estos sí van bien preparados y no tanta barrita energética, que eso no quita ni el hambre.

A Raúl le sentó bien el vino
El self-service de 7 Arroyos tuvo lugar junto al chozo, una maravilla.

Miguel el cocinero
Me fui a dar una vuelta para ver como iba el arroz campero que estaban preparando y viendo cómo lo llevaba Pedro, me di cuenta que no hacía falta por allí. A nosotros nos espera una paella en Trescasas, así que subimos a la roca donde se celebra la misa.


También estaban los bomberos pendientes.

Los romeros mayores junto al Cristo.


Seguimos. La subida hasta el puerto de Malangosto también se atraganta, sobretodo después de haber repostado y casi olvidado lo que es dar pedales. Las vistas desde aquí llaman la atención.



- Yo si eso voy tirando

Juan Carlos quiso dar fe de su paso por el puerto en bici, los demás no pararon.



Allí sube, paralelo a la frontera con la provincia de Madrid, un camino hasta la cruz del puerto, donde se oficia la misa en un entorno sin igual y por lo que parece con record (es la romería que se celebra a mayor altura de toda Europa).


Arriba estaban esperando los Kamorkas sin Angelín que se bajó antes, nos hicimos la foto grupal y estos taraos siguieron subiendo, no sabemos muy bien a donde.


Las vistas desde aquí son magníficas.


Si no preguntádselo a Paco que trepó hasta la cruz para hacer un retrato.


Por abajo ya subían los romeros siguiendo a las imágenes, encabezadas por la dulzaina y tamboril.


Para mi estos son los que tienen mérito: tocando el instrumento mientras suben a ritmo. Digo yo que lo entrenarán durante la pre-temporada. Vaya pulmones!.



Arriba hacía biruji y como nadie llevaba ropa de abrigo decidimos bajar sin quedarnos a la misa, otra vez será.


La bajada cada uno a su ritmo, con los descerebraos de los ex-enduros haciendo carreras y haciendo parar a los coches que subían, hasta que reagrupamos por un pinchazo de Cuca.
Siguen las carreras, los piques y los adelantamientos hasta que Bibi hace un reconocimiento de una de las caceras de la cuesta de Mataburros más a fondo y va a parar al suelo. Resultado: rodilla magullada y según el jurado un nueve y medio.
A partir de aquí bajamos más tranquilitos aunque este terreno te anima a coger velocidad. 


Reagrupamos de nuevo en la Cañada, donde Cuca nos pone en fila hasta que entre Roberto y yo ponemos marcheta con Juan y JC detrás haciendo abanicos.


Y de nuevo junto al arroyo de Peñas Lisas nos juntamos para llegar a Trescasas todos juntos,




Donde después de un chapuzón y un baño a las bicis, nos enchufamos una paella con las chavalas y el recuperado Dani.

- ¡Que aproveche!





6 comentarios:

  1. Gracias por un magnifíco día de bici en tan agradable compañía, aunque para seguiros el ritmo aún tenemos que tomar mucho cola-cao.

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  2. Gran ruta, gran compañía, gran comida... En fin, mil gracias por un nuevo y magnífico día de btt.

    Por cierto, he estado echando un vistazo a crónicas antiguas y sólo puedo decir que me da miedo la llegada del invierno ;)

    Un abrazo

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  3. El día tan magnífico lo creamos entre todos, los que nos juntamos en Trescasas y los que nos encontramos por el camino. Habrá que repetir.
    A los que no hay quien coja bajando es a los exendureros. Espero que Bibi se recupere pronto.

    JC trabajo que en invierno es aún más divertido ;-)

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  4. ¡¡Durilla la subida a Malangosto!!
    Buen día... y al final...buenos "amigos".

    Aunque creo yo que fuisteis pensando en el avituallamiento en el chozo!!!!
    Menos mal que no estaban los de la "meremerita" para haceros un control de alcoholemia!!
    ja,ja,ja

    Un abrazo!!

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  5. Me encanta que disfrutaseis del día pero os recuerdo que los caminos por los que subisteis son privados, únicamente se permite el acceso el día de la Romeria. espero veros en años sucesivos y que os gustase el avituallamiento.

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  6. Muchas gracias "Anónimo". Edito la entrada para que quede claro. Disfrutamos y volveremos al año que viene.
    Un saludo

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