lunes, 28 de marzo de 2011

Sábado de pre-estreno

Hay dos bikers que estrenan bici en esta foto ¿sabrías decirnos quienes son?

Solución: los que más la enseñan (la sonrisita)
Como somos un poco "flipaos" y el domingo no podíamos salir a estrenar como es debido las nuevas monturas, pues nos fuimos a dar una mini-vuelta el sábado acompañados de Roberto.

Lo que es el ansia viva, ni siquiera quité los reflectores globeros de las ruedas, según me la entregó Vicente así la estrené. Se han hecho esperar pero al final todo llega.
Nos encontramos con David Gasofa quien inmortalizó este gran momento. Una vueltecilla y para casa.

Por otro lado hay que dar la enhorabuena a los cuñados, que terminaron la media y entraron juntitos de la mano, como buenos segobikers. Roberto les hizo de liebre durante un tramo y la federación está estudiando este incidente de carrera.


Al año que viene hay que plantearse hacer de gregarios bicicleteros, como los buenos de lo sherpas.

lunes, 21 de marzo de 2011

Hasta el moño (de la tía Andrea)


El Cerro del Moño de la Tía Andrea, que así se llama el otero lugar, tiene un nombre que lo dice todo sobre su morfología. Y aunque menos prominente de lo que podría deducirse por su denominación, su cono perfecto se alza hasta los 1.688 metros. De formas armoniosas y perchado al sudeste de los Jardines de La Granja, el cerrado pinar hoy recubre toda su geografía y cuesta imaginarse que era por las vistas por las que aquel monarca se venía hasta aquí arriba. 
Fuente: El asiento de Asís. Alfredo Merino
Domingo 20 de marzo de 2011. Llego pelín tarde. Salimos hoy Roberto y yo, sin la compañía de papá Corzo, que por razones laborales nos ha dejado hoy huérfanos. Contando con su próxima participación en la media maratón segoviana, estará desaparecido en combate durante algún tiempo más. 
Como dos cérvidos asustadizos que somos y siguiendo nuestro instinto, tomamos el camino de Gamones, hoy más embarrado que nunca, con el arroyo desbordado por unas tierras que ya no admiten más agua y tratan de retener nuestro paso. 



Aprovechando la ausencia paternal y si la nieve lo permite, quiero investigar una subida alternativa hasta el salto del Corzo por la fuente del Chotete, así que ponemos rumbo por nuestro habitual camino por la fuente de la Plata hasta los Tobarejos y por pista hasta el Chotete.


Nos encontramos con Ismael, que sube sólo (no ha podido engañar a su amigo) y quiere bajar por la Chorranca. Nos acompaña mientras comenta que la subida que queremos hacer está muy chula para bajar y como el investigador del grupo no está, decidimos hacerla de bajada, rodeando el Cerro del Moño de la Tía Andrea e intentando enganchar por el camino que lleva al Raso del Pino, pero hay mucha nieve, imposible subir pedaleando. 


Nos despedimos de nuestro compañero y deshacemos nuestros pasos para abandonar el aburrido asfalto y adentrarnos en el bosque, donde nos esperan los restos de la última nevada. 
  


 Este es la senda por la que queríamos bajar, ya daremos con ella cuando mejore el tiempo.




El descenso es divertido, aunque con la nieve en estado sólido-viscoso hay que incrementar las precauciones. Tomamos nota, ya te volveremos a coger en verano, cuando el polvo sea el único elemento que pueda emborronar al recrearnos con tus curvas.




Paradita y fonda en el Vado de Oquendo, junto a un arroyo que baja con fuerza y ruidoso (como todos a estas alturas), ideal para llenar el bote.






Recuerdo esta zona blanca y que Rober se perdió por la nevada de aquel día, así que voy a rememorar esa salida. Volvemos a coger pista asfaltada hasta el desvío que nos vuelve a adentrar en el bosque, por senderos, puentes y trochas que nos dejan frente al esquinazo del Palacio Real. 












 Desde aquí se tiene una peculiar vista, con los árboles perennes desnudos que cobijan al Palacio, el pantano detrás y Segovia al fondo, con la catedral diminuta entre la Atalaya y Matabueyes.  




Volvemos rodeando la valla de Palacio, cola del pantano y en el carril bici, se produce el encuentro con el eslabón perdido de Segobike. Dani ha salido a reconocer el terreno empujado por el buen tiempo, antes de dar cuenta de la barbacoa que le tiene preparado su cuñado favorito.




Hay que inmortalizar el evento, que hasta la próxima Pedracina no se volverá a repetir el encuentro interestelar (por cierto hay que ir reservando fechas para esta primavera).











martes, 15 de marzo de 2011

Chorranca se escribe con Zetas


Seña de identidad. Somos castellanos, segovianos, comuneros, serranos del Guadarrama... Llevamos dentro –en nuestra memoria colectiva bien marcado- el amor apasionado a la tierra y a la sierra, [...] la frialdad de las heladas extremas de nuestro largo invierno, la solidaridad  explosiva de las lluvias fugaces de las tormentas de agosto, el instinto furtivo, depredador y montaraz de los lobos solitarios, la sangre jacobina y trasgresora, la arrogancia altiva de un pino padre y centenario, la cabeza tan dura como el corazón de un tocón teoso, el derroche  generoso en el trabajo, en el amor y en la amistad, la alegría de celebrar fiestas que se adentran en las raíces de nuestra historia y en la noche de los tiempos, el respeto por ese árbol  que nos da la vida, la atracción por el fuego que despierta nuestra imaginación y el sano orgullo  de haber concebido, a través de este amancebamiento con el medio, una cultura propia: la cultura de la sierra de Guadarrama [...].



Crónicas Gabarreras.  Juan Andrés Sáiz Garrido




Montesdeoca y toda su tribu nos están engañando. Todas las previsiones para el fin de semana daban el diluvio universal el sábado y lo mismo para el domingo. El sábado llovió algo por la noche, pero la mañana del domingo el único agua que vimos fue el del salto de la Chorranca ¿Será el microclima que se está gestando en Segovia gracias al PORN?

Domingo 13 de marzo de 2011. Salgo con Juan desde su casa, con atisbos de un sol radiante y vamos al submarino amarillo al encuentro de Roberto. De camino vemos ambiente de media maratón y mucha bici. Estamos a las puertas de la primavera y da gusto descubrir el verde que empieza a engalanar la falda de la Atalaya.



Seguimos por el carril bici y vemos aproximarse a las hordas Sherpas comandadas por el general Chomin y nos dejamos caer para saludar, pero de repente desaparecen por encima del carril. No les volvimos a ver.
Cogemos la cola del pantano, donde no hay mucho barro y está disfrutona esa orilla. El Eresma nos saluda ruidoso y saltarín a nuestro lado. Pasamos junto a la polémica obra del Campo de Polo de la Granja, donde están removiendo toneladas de tierra para que jueguen cuatro privilegiados a un deporte elitista y minoritario. Esperamos que al menos respeten el entorno.
Hoy nos dirigimos al salto del Corzo, si la nieve lo permite y luego la bajada, Juan dirá. Subimos por la fuente de la Plata por un sendero que hoy resplandece más de la habitual, será por su verde colorido.


En los Tobarejos, Rober toma la subida por las Zetas de los Neveros, todavía no se si lo hizo queriendo o sin querer, el caso que como unos descerebraos allá que fuimos, aunque no había forma de seguirle. Tuve que parar a echar unas fotos, tampoco estaba yo muy fino, que hasta me hizo un interior un tipo que subía andando. Andando pero a buen ritmo ¡eh!?. 

A los 1500-1600 m se empieza a ver nieve
En la pista del salto del Corzo reagrupamos y vemos bajar un buen grupo de bikers que a tenor de los gritos que venían dando 3 km antes, se lo debían estar pasando bien (eran los globerosslocos, nueva tribu segoviana). Y llegamos a la causa de tanto júbilo. Unos metros más adelante entendemos los gritos desgarradores: una capa de nieve primavera (tirando a chapapote), cubre la pista haciendo que avanzar en línea recta sea complicado. Con potencia en la pedalada y buen manejo de la rueda delantera la diversión está garantizada.


Y aquí quiero hacer un inciso para todos aquellos que hayáis cogido la bici sobre la nieve este fin de semana. ¿No os ocurre que esa misma noche, mientras duermes y descansas como un bebé, todavía vas dando volantazos para mantener el equilibrio y terminas despertándote y de rebote a la parienta? También me pasaba los días que subía a esquiar, espero no ser el único.

Amago de David-Croquet o "croqueta"
Siguiendo con la crónica, a Juan se le ocurrió desvirgar a Roberto en el salto de la Chorranca y como nos pareció buena idea, pues allá que le seguimos. La nieve hacía imposible seguir pedaleando así que a estirar las piernas, algunos neveros con 50 cm.



Antes de descender por el camino de cabras que baja hasta el salto, hicimos una parada para degustar la deconstrucción de galletas al baño de chocolate (huesitos) y galletitas beckelar, regadas con un agua pura y limpia, cosecha del Peñalara.



Siempre que llegas aquí piensas que las vistas merecen la pena.



Al parecer no fuimos los únicos que fueron a ver saltar las aguas en la Chorranca, los del sendero nos pisaban los talones... Toñi, más tarde o más temprano nos terminaremos encontrando por la Sierra, mira que es grande, y tendrás que invitarnos a un café calentito.


Desde aquí emprendimos la bajada por un divertido sendero hasta la pista de la Cueva del Monje. Otro tramo de subida y pasado el puente de los Quebrados a la derecha, damos con una bonita trialera que Juan se sacó de la chistera para hacernos disfrutar a lo grande por la vereda de las vueltas (pena de doble suspensión).


Tanto es así que Roberto entre brinco y brinco, se dejó caer en la zona más tranquila y menos peligrosa del recorrido. Llegando al Ceneam, al saltar un riachuelo hizo un mal aterrizaje y terminó en el suelo con alguna magulladura. Fue más el susto, el percance se saldó con el casco resquebrajado. Nunca me cansaré de decirlo, el casco es imprescindible en la bici, tiene que ser una parte más del biker. Ya he visto y sufrido varias caídas y os aseguro que la primera o segunda parte del cuerpo que va contra el suelo es la cabeza y aunque alguno la tenga muy dura (la cabeza), la protección del casco es mejor para absorber el impacto.
Eso sí, un golpe un casco. El de Rober quedó inservible.

Con el susto en el cuerpo decidimos recogernos por asfalto y desde La Granja a Palazuelos acompañamos a Roberto hasta casa, donde nos dio una clase magistral de cómo limpiar y desengrasar una bici.



martes, 1 de marzo de 2011

La invertida

"Camino Viejo del PaularHace dos, tres, cinco y siete siglos las cosas eran muy diferentes. Tanto que los monjes del alejado monasterio del Paular se hacían cruces antes de emprender la travesía. Y eso que este camino era la alternativa amable a la ruta normal entre el cenobio y Segovia, cuando los nevazos cerraban el puerto del Reventón, cuyo nombre lo dice todo.


Había de salir muy temprano, de noche incluso, pues la travesía era larga. Primero remontar el alto Lozoya por el camino del Palero, hasta alcanzar el Puerto del Paular, siglos después bautizado con el nombre que hoy le conocemos: de los Cotos." Fuente Alfredo Merino. El Mundo

Domingo 27 de febrero de 2011. Miro por la ventana y veo el suelo mojado, como si acabara de llover, la Atalaya está salpicada de puntitos blancos, sin embargo empieza a asomar el sol. De esta forma tan extraña ha comenzado hoy el día en Trescasas. 
Hemos quedado en la venta de San Isidro para no dar tanta vuelta y empezar a subir antes, allí me encuentro tan puntual como siempre con Rober y vamos al encuentro del resto para no estar parados, que hace fresco.
Vuelve Paco de Nava, parece que no tuvo suficiente hace un par de semanas y como no, Juan, que mas o menos tenemos en mente una ruta parecida: subir por donde habitualmente bajamos o sea, la invertida. 
- "Tranquilos Roberto y Paco que hoy no patearemos tanto..." ¡Qué veneno contienen estas palabras! 
Rober parece que se huele la que se nos viene encima y suelta los galgos de camino a Valsaín, para ir calentando. 
Primera parada en el CENEAM, averías varias. Un Ritchey mal apretado, me he olvidado la cámara de fotos y se me ha despegado la patilla de las gafas perdidas entre la nieve y que tan bien me había pegado mi hermano.

- A no ser que se caiga alguien, no volvemos a parar!!
 - "¡Con lo bien que se baja por aquí!" - frase más escuchada durante un ascenso invertido mientras se jadea por el esfuerzo realizado. 
Subimos por la fuente del ratón donde "anónimo" sufre la caída-del-automático sin consecuencias (típica caída tonta y a plomo, causada por no poder sacar la zapatilla del automático a tiempo), hasta la pista de la Cueva del Monje para subir por el camino Viejo del Paular. Se nos cruza un asustadizo corzo, que sube a buen ritmo y sin inmutarse por cortados y riscos, sería pariente de Juan.

El camino hasta Cotos con menos nieve de la esperada y el mismo barro que pueda tener en agosto, es decir, mucho barro más bien tirando a barrizal. Intentamos subir por el sendero paralelo al camino, pero entre nieve y raíces está muy peligroso, así que terminamos de coronar pateando.  


Las doce menos cinco. Con 5 minutos por debajo del horario previsto llegamos a Cotos y Roberto nos abandona bien abrigadito para bajarse por carretera.

- Ahí os quedáis!
Aprovechamos para beber y almorzar al sol, que en la sombra no hay quien pare. Se ve mucho trineo, mucho hielo y poca nieve, pero algunos para divertirse no necesitan más.

- Jefe ¿hay tortilla?
Vemos llegar a los Sherpas a la fuente, con Chomin a la cabeza, inconfundible por su chaqueta amarilla. Vamos a saludarles y les decimos que cuenten con nosotros para la Calamares. Tris viene empapado y comenta que se le ha congelado nosequé...
Subimos a la estación de Valdesquí, a ver el ambiente y las pistas. Después nos enteramos que Toñi y sus senderistas también estaban por la zona ¿qué clase de atracción ejercía Cotos el domingo?

Fauna y flora de Valdesquí

Volvemos por donde hemos venido y por carretera hasta Navacerrada. Allí vemos hordas de domingueros de la nieve con plásticos, cámaras de tractor, trineos, palas... cualquier objeto es bueno para deslizarse.
Se nos ocurre ir a probar el camino Schimdt... error! La nieve se ha convertido en hielo glacial y el camino está cortado por una pista de esquí.
Juan, atrevido él, intenta atravesar la pista helada de esquí.
- 'Ni se os ocurra' - con estas palabras zanjó el pistero (que llevaba unos crampones como uñas de oso y que tenía cortado el acceso) el intento de suicidio.
De vuelta sobre nuestros pasos de nuevo hasta la residencia militar de Los Cogorros, donde un capitán general nos indica de forma detallada por dónde se va a Segovia. 
Yendo con Juan no hay problema, en cuanto vemos un arrastradero por ahí que vamos, no sin antes prevenirnos un paisano que deslizaba colina abajo con una caja de frutas como trineo: - ¡No bajéis por ahí que está peligroso!, le dijo la sartén al cazo.

Bajamos a pie, haciendo cuña hasta que descubrimos que se va mejor por los 35 cm de nieve virgen, metiendo bien la pata en la nieve. 


En cuanto se empieza a ver el suelo, Paco y yo tratamos de bajar montados, hasta que salgo corriendo por delante de la bici y tengo que frenar en un pino. A partir de ahí bajo a patita que no hay prisa hasta el arroyo del Telégrafo.
Encontramos por fin un camino sin nieve que nos lleva entre pinos hasta la segunda revuelta de la CL-601. La carretera estaba cargadita hoy, con un valvulilla en Porsche pisando acelerador en las curvas, menudo cabestro.
Dudamos si subir hasta la fuente de la Reina y bajar por la acebeda, pero al final decidimos bajar por el Minguete. Aquí es donde llega Paquito con las rebajas. Se nota que es corredor de fondo, va fuerte y cuesta seguirle. Pero donde se le ve disfrutar es bajando por veredas hasta el Eresma.
Desde aquí el siempre divertido camino por las orillas del río hasta Valsaín , donde perdonamos la parada en el Bar La Pradera, cola del pantano y carril bici a Segovia en abanicos y con amago de calambres en mis castigadas piernas.
75 km, nada mal para un día que comenzó rarito.



El remate final fue un señor bocata de tortilla en el Pabellón que ya quisiera haber pillado 20 km antes.