miércoles, 8 de septiembre de 2010

Etapa de alta montaña

"Se llama Loma del Noruego al cordal que cae “suavemente” desde Bola (Alto de Guaramillas) al Puerto de Cotos.
Se le da ese curioso nombre por Birger Sörensen, montañero y esquiador que allá por el año 1902 quedó prendado de aquel lugar y dejaba a la gente boquiabierta cuando se deslizaba con sus rudimentarias tablas de esquí.
Tanto le debió gustar aquel lugar que aún hoy es conocido como Loma del Noruego en su honor"

La Cercedina tendrá que esperar. Después de informarme sobre las limitaciones y el "overbooking" en el tren de la naturaleza para subir a Cotos, pensamos en una alternativa para llegar al puerto y poder disfrutar con las muchachas a la hora del bocata. La alternativa en principio no muy exigente, que vienen Dani y Axo, bueno Axo vendrá algún día, porque como era de esperar prefiere una mala noche a una gran jornada de bici.
Domingo 05 de septiembre de 2010. Anoche Danielito nos dio un susto. Tuvo un percance con los pedales automáticos y terminó en urgencias: inmovilización y reposo (ánimo Dani y Nuria... paciencia).


El día que nos espera es largo y no queremos desgastar a Dani, así que la subida por la Cruz de la Gallega hasta el puerto de la Fuenfría la vamos a hacer por asfalto.
Como auténticos “globber troters” enfilamos la carretera del campamento de Robledo hasta Valsaín. Están de fiestas y llegamos a la hora del encierro. Desde el cementerio oímos pitidos de coches y como de una estampida se tratara aparecen caballistas, 4x4 y motoristas entre los árboles, tratando de acercar a los astados al recorrido urbano. Juan se queda con ganas de seguir a la comitiva, pero encuentra peligroso tanto coche suelto.

Subimos a ritmo de Willy Fog- Daniel, que entre viaje y viaje lleva sin coger la bici desde que somos campeones del mundo, pero sigue manteniendo la forma. Algo de mérito tiene el chaval, pero todos sabemos que la fruta que le prepara la suegra tiene que llevar EPO de 3ª generación.



Seguimos nuestro recorrido por un asfalto con olor a pino, cruzándonos con bikers y andarines, hasta la pradera de la Fuente de la Reina, donde vemos uno de los avituallamientos de la XXIV Carrera de montaña de las Dehesas, impresionante evento que pone a prueba a los corredores durante 23 km, acumulando un desnivel de subida de 1.500 m, todo campo a través.


Hay una participante que llama la atención: una "moza" de 64 añitos, la tía mantiene un trote cochinero, pero constante, tanto subiendo como bajando ¡quién pudiera llegar a la jubilación en esas condiciones!

Parada técnica en la fuente de la Reina a repostar, ya se aprecia que la vertiente madrileña va a ser un hervidero de gente. Entre trago y trago, los casados hicimos frente común por la “liberación de la bicicleta de los compromisos sociales y familiares” y la “abolición del toque de queda de la ruta del domingo”.


De aquí a la Fuenfría un paseo, en el que Dani nos va siguiendo hasta que a Rober se le descentra la rueda de atrás.


Mientras nos centramos, vemos pasar por la calzada romana una flecha… y otras dos!!! ¿Qué es eso? ¿Es un pájaro? ¿Un cochino jabalí? No!! Son los Kamorka con Angelín a la cabeza, que suben a maricón el último.


Después de los saludos pertinentes y exponer nuestro plan dominguero-tortillero, cogemos el camino Schimd mientras dejamos a los Kamorka dilucidando por donde bajar: se deciden por el Schmid, nos pasan de nuevo y ya no les volvemos a ver.


- “¿Es así todo el rato?” Es el primer Schmid de Dani y aunque es divertido se hace duro tanto sube-y-baja, piedras cruzadas y excursionistas en el camino. Todavía no sabe lo que nos queda…




Llegamos a Navacerrada y el alto de Guarramillas o Bola del Mundo nos está esperando de nuevo, desafiándonos a ascender hasta sus dominios y disfrutar con las panorámicas que esconden sus rampas.


Había rumores de que habían asfaltado la subida a la Bola para facilitar el paso de la Vuelta, pero sólo han asfaltado los 100 primeros metros de la entrada, han parcheado las grietas de hormigón (no todas) y han peraltado alguna curva, imagino para el paso de coches y camiones de la caravana multicolor.




Dani decide tantear el hormigón de los primeros repechos y se anima a encumbrar uno de los picos más altos de la sierra de Guadarrama (2.265 m) estimulado por su "orgullo masculino" y porque no dejan subir bicis en el telesillas.


La subida la hago al ritmo de Dani, disfrutando del paisaje, sin forzar la rodilla, parando a hacer alguna foto en el bar "La Bola", posiblemente con la terraza con mejores vistas del mundo. Pienso en el juego que va a dar la penúltima etapa de la Vuelta 2010.



No se puede estar mucho tiempo parado, el aire serrano lo desaconseja. Rober y Juan se deben estar congelando allí arriba, han subido a su ritmo, sin parar, Roberto con los tres últimos piñones deshabilitados y nos han metido la minutada.



La llegada a la Bola un espectáculo, con la sorpresa de un rebaño de ovejas cogiendo posiciones.




Y llega el error de la jornada: Juan y yo teníamos ganas de hacernos la Loma del Noruego, en los mapas el camino más directo para ir a Cotos. Yo la hice años atrás y recuerdo mucha piedra suelta en los primeros tramos y luego un descenso entre pinos hasta Cotos, así que animo a Roberto y Dani, que nos siguen... Error




Según dicen, el cerebro humano se deshace de los malos recuerdos y se queda sólo con los buenos. Y es cierto, porque cuando vi el melonar por el que descendimos, comprendí el riesgo y el peligro innecesario con el que compliqué el día a mis compañeros de expedición. Cuando parecía que el melonar daba un respiro y daba paso a un patatal, de nuevo volvía a complicarse el descenso, haciendo obligatorio el pie al suelo para librar una mala caída.


Eso sí, las vistas son impagables:


las despobladas pistas de Valdesqui sin nieve a un lado...


... y el denso bosque del Monte de Valsaín al otro.


Al final llegamos al puerto de Cotos o del Paular, donde nos esperan las chicas con bebida fresca, viandas calientes y un beso de recompensa. La mesa está puesta y dispuesta para el festín tortillero y entre risas y comentarios, desgranamos la jornada.



Después de una placentera siesta sólo perturbada por las palabras de Ricardo: -"Ramón, ¡¡que te roban la bici!!", toca dejarse caer hasta la Boca del Asno, donde Juan nos conduce a buen ritmo hasta Valsaín, La Granja y cada uno a su casa. Una ducha reponedora y quedamos en casa de Roberto a terminar con las sobras del banquete: la jornada perfecta de domingo.

Enhorabuena a Dani por terminar la marcha y seguirnos con su orgullo por zonas no aconsejables para las escasas salidas ciclistas con que cuenta.



1 comentario:

  1. Miembro "anónimo" de las damnificadas por Segobike9 de septiembre de 2010, 21:09

    ".....por la liberación de la bicicleta de los compromisos sociales y familiares” y la “abolición del toque de queda de la ruta del domingo”.......Sólo puedo decir una cosa...!!Qué valor!!!Hay que ...fastidiarse

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