Los ingredientes para un buen Torto son sencillos: kilos de buen rollito y toneladas de excelente ambiente, aderezado con una organización sobresaliente que horneados por los primeros rayos de sol que nos brindó la primavera y regados con los caldos que fluyen por el valle del Pirón, dan como resultado la marcha del Torto 2010
Teníamos ganas de asistir a una marcha en Segovia y después del día de ayer, se puede decir sin lugar a dudas que ha sido la fiesta bicicletera Segoviana.
7.00 de la mañana. Madrugón para salir desde casa de Juan (y Laura) con la fresca. Casi un pleno, estábamos Juan, Roberto, Dani, yo y... ¡Axo! que se hizo esperar, pero llegó trasnochado que el sábado fue día de reencuentro. Montamos los trastos en la "Segoneta" y a Cantimpalos, donde ya estaba abierto el centro de inscripciones. Se retrasa algo la salida por inconvenientes con Bill Gates, pero las ganas de pasarlo bien nos hacen disfrutar de los momentos previos. Nos encontramos con la Segovia de la bici de montaña, la Segovia sana y divertida, con la Segovia que ayer estuvo de chatos pero que hoy ha madrugado para sudarlos. Allí estaban los de Navabike, Vicente en representación de los Kamorka (muy buenas las gafas que me vendió), Thierry Enrí-que que propuso un fútbol en el Casino, Raúl con la gente de Trescasas, Fran que está hecho un toro, George y hasta el mismísimo Michi Tim Duncan.
Nos hicimos unas fotos con Julio muy conjuntado y después de unas instrucciones precisas salimos de forma ordenada y charloteando por las llanuras castellanas.
-¡Qué diferencia con la Imperial que empezamos subiendo Abantos! parece que dice Rober.
El grupo se estira y Alejandro se escapa sin permiso del líder, (correr este año sin pinganillo es lo que tiene). Como dice Juan, le faltan kilómetros en las piernas pero va fresco y disfruta de la ruta, del recorrido y de la primavera, le gusta sufrir encima de la bici. Lleva buen ritmo y se pierde entre la frondosa vegetación, no le volveremos a ver hasta el avituallamiento de Adrada.
- ¡vaya sillín cómodo que tengo!
El resto del grupo nos quedamos arropando al líder, llevamos controlada la etapa con Alejandro en tetè de la course.
Primera parada para atravesar el río por un estrecho puente, alguno se anima a cruzar pedaleando descalzo. Un traspiés, la bici buceando provocan los primeros aplausos y algunas risas (se comenta que era un buzo de la armada). Como si no fuera con él la cosa, sale corriendo y vuelve a cabalgar .
(al fondo se ve al buceador)
Tramo de subida con alguna piedra, Dani sufre subiendo, pero bajando va pidiendo paso. Rober y Juan están fuertes y suben como un tiro, en la bajada reagrupamos. Dejamos Peñarrubias y es ahora cuando nos adentramos en el valle del Río Pirón, tapizado por las diferentes tonalidades del verde de los prados y campos germinados. Recordamos nuestro recorrido por este tramo el otoño pasado, cuando el valle nos arropó con su extenso manto de hojas amarillas (
ver fotos).
Vamos tratando de sortear atravesar de nuevo el río, supongo para que no se ahogue el buzo. Los desvíos, señalizados perfectamente por la gente de Cantimpalos, siempre una persona indicando el sendero a seguir.
Justo en el momento que empiezan a rugir nuestros estómagos, aparecemos en el frontón de Adrada de Pirón, donde está el avituallamiento: bebida, fruta y pastelitos.
Aquí nos encontramos con la liebre que soltamos a principio de carrera, que viene disfrutando de la marcha a su ritmo, cruzándose con algunas bikers que hacen la delicia de este agradable paseo. Nuestro relaciones Juan se encuentra con Paco, amigo de Nava y yo me encuentro con Raúl de Trescasas.
Rellenamos los depósitos y nos rifamos las sombras dispuestas por la organización. Dani parece cansado y comenta que va a hacerse la marcha corta.
- Cantimpalos, Cantimpalos...¿y el chorizo donde pelotas está?
Reanudamos la marcha y como no hay Torto sin torta, un artista se suelta de manos y termina besando el suelo, nada grave. El terreno empieza a picar hacia arriba y se produce la imagen de la jornada: un crío de 3-4 años siguiendo la estela de su padre y empujado por el aliento del pelotón, corona sin apuros la primera dificultad del día
-¡Vamos campeón!
La pista ahora se convierte en peligrosa, las rodadas de los tractores han horadado el terreno y la velocidad hace que intentar salir de una rodada sea caída segura. Aquí Alejandro vuelve a tomar su ritmo, yo me quedo a esperar a Dani y tirar unas fotos, pero no le veo aparecer, pienso - Habrá tomado el camino corto, más tarde nos enteramos que tuvo una caída, algo de chapa y pintura y a seguir.
Sigo solo, a buen ritmo, el maná de Adrada ha hecho su efecto y me noto con fuerza, así que intento dar caza al grupo. Un tramo sin señalizar y veo a unas chavalas en el camino de Peñarrubias indicando la dirección a seguir, ¡gracias guapas! Luego nos deleitaron con una fotografía de la mujer (muerta).
Nueva subida, al fondo veo al resto de Segobike que me están esperando. Seguimos por caminos de arenas movedizas, donde Roberto baja a probar si el terreno es apto para caerse. No le debe pasar nada, porque en cuanto se levanta suelta los galgos, pone la locomotora y nos lleva a tren para disparar la media.
Comienza una zona de descenso hasta Villovela de Pirón, donde el paisaje era de premio. Paramos a hacer unas fotos.
Últimos metros antes de reagruparnos y comentamos los momentos estrella. Dani sin comerlo ni beberlo se había hecho la marcha larga, ya que estaba sin señalizar el momento de cambiar de ruta. El único "pero" para la organización.
Salimos camino a Cantimpalos con la sensación de haber vivido una jornada divertida y seguros de repetir la experiencia al año que viene. Por el camino y a 2 km de línea de meta, vemos los efectos de meter la bici en un pinar: al menos 4 pinchazos.
Llegada a meta y a reponer fuerzas. Allí estaba esperando el ansiado Torto (no confundir con el "preñau"), agua para refrescarse y hasta ofrecían un porroncito, ¡eso es un avituallamiento en condiciones! Lavamos las bicis y nos encontramos con Serrano (nada que ver con Antonio Resines) ex-ciclista profesional que debió hacer otro recorrido porque iba de barro hasta la pantorrilla.
Volvemos a montar las bicis a la "Segoneta" de talleres Veca y después de una ducha reponedora, ponemos rumbo a Peñasrrubias, a
la casa rural del verde al amarillo, situada en un paraje extraordinario, donde nos esperan Ricardo y las chicas (exploradoras y golfistas). Unas cervezuelas en la terraza y un asado para comer pusieron la guinda al pastel (o más bien la costra de chocolate al helado ;-)