"La maliciosa se alza desafiante frente al llano mostrando sus cantiles y canchales, y hace honor a su nombre con sus neveros y barrancos que se manifiestan como peligrosos itinerarios invernales. Según disminuye la cota altitudinal, los pinares comienzan a bordear tímidamente los roquedos hasta dominar el paisaje.
Pinares de pino silvestre, albar o de Valsaín, nombre este último que hace referencia a sus hermanos de la vertiente segoviana de la sierra. En el valle de la Barranca supone la especie dominante formadora del dosel arbóreo bajo el que crecen piornos, enebros, rosales silvestres y (tapizando sus suelos) la gayuba."
Domingo 9 de octubre de 2011. Domingo madrileño. Me quedé esta vez en Madriz, no he podido engañar a Juan y Rober para que me acompañen; JC sigue de luna de miel. Salí solo, por tierras madrileñas (bueno, lo de solo es un eufemismo, donde quiera que vayas siempre hay un grupo de 10-15 personas), a seguir un track de Alakan por sus dominios del valle de la Barranca.
En las primeras pedaladas el cambio de la bici no se acopla, salta hacia arriba, baja, baila la lambada... La bici acaba de salir de la revisión en una de esas tiendas especializadas de Madriz, que de momento no voy a nombrar. Nunca me la dejan fina. Mientras intento colocar la cadena en una corona que no salte voy pensando que esta tienda es como las peluquerías de señoras: tú les dices qué quieres, ellos te hacen lo que quieren y te cobran lo que les da la gana... sólo me faltó salir llorando. Bueno, pues volveré a llevar la bici allí porque es la que más cerca me pilla de casa.
La salida, desde una de esas urbanizaciones de Becerril, me trae recuerdos de la ruta de los calamares, aunque esta vez por un secarral.
La subida a la Barranca la hice por pista, con tranquilidad y buenos alimentos.
Nada que destacar, si acaso el calor que hacía en pleno mes de octubre (en manga corta y sudando como un perrillo) y las originales formas que tienen las rocas por esta zona.
Según se va ganando altura se vislumbra el embalse de Navacerrada.
Lo que no se deja de ver son grupos de montañeros, estos con los perro sueltos en una zona del parque donde indica claramente que deben ir atados, pero ¿para qué cumplir las reglas?
El camino sigue subiendo, es bastante cómodo se adentra en una zona arbolada, donde es difícil ver el sol y con alguna rampa más dura. Al final de la subida hay un mirador con unas espectaculares vistas de la Maliciosa y allá al dondo Madriz con sus torres.
Una parada para reponer fuerzas, unas fotos y a seguir ruta.
Un poco de carretera y desvío en el Ventorrillo por una pista bien marcada.
La pista sigue cruzando el río pero lo bonito está por la otra orilla. Un sendero divertido que termina en una trialera por la que se divisa el embalse de Navalmedio.
¡¡Qué fotos más bonitas sacas en las salidas!!
ResponderEliminarLo de la temperatura.... creo que cambiará... para el próximo finde.... frio y lluvia.... ¡¡éso dicen!!
La gente no hace caso de las normas... ¿para qué?, pero ante tal situaciones yo tengo un reflan: "arrieritos somos, y en el camino nos encontraremos", ya irán ellos en bici, y se encontrarán un perro suelto, cuyo amo, para qué va a llevarle atado? total? para que cumplir las normas?
La gente son la leche!!!!
Bueno, que me distorsiono....
Un beso ;-)
Qué envidia!! Y yo sigo sin bici...arghh.
ResponderEliminarEspero estar disponible para este fin de semana.
Un abrazo