jueves, 27 de junio de 2013

Cueva Valiente

"Cueva Valiente es una montaña de la Sierra de Guadarrama en el Sistema Central, centro de España. Tiene una altitud de 1.903 metros [...]En las inmediaciones hay muchos restos de construcciones bélicas que datan de la guerra civil [...]Otra de las hipótesis sobre la procedencia del nombre de "Cueva valiente" es la existencia de una cueva de unos 15 metros de profundidad situada en la cara de San Rafael."
Fuente: Wikipedia



Juan Carlos, que ya es un verdadero conocedor de la cartografía madrileña, me propuso atacar el alto de Cueva Valiente presentándome 3 alternativas, a lo que accedí sin pensarlo, conviniendo con él un horario prudente de vuelta a Madriz.

16 de junio de 2013. Y por fin salió el sol y con qué ganas. Después de cargar la bici en el coche y llevarla como una señorita hasta Guadarrama me doy cuenta que la montura que utilizo para salir por Madrid no ha sido revisada convenientemente (bueno, inconveniente-mente tampoco se revisó). Imagino que JC se retrasará y así poder ajustarla un poco, pero hoy Juan Carlos es puntual así que rezo dos padres nuestros y a esperar que ocurre con las primeras pedaladas.

Salimos directamente desde el embalse de La Jarosa para ganar tiempo y ya nos esperan las primeras rampas, sin calentar ni nada. Vamos ganando altura por una pista asfaltada que empieza a romperse hasta quedar sin asfalto abriéndose unas vistas maravillosas. Foto con dedo incluido.


La subida es larga pero llevadera. Termina en el collado de la Mina, desde donde tomamos asfalto para ganar tiempo, aunque un senderito junto al río nos estaba llamando a gritos: -Venid, bobos que esto es más divertido!! Veniiiiiddddd! Ya te probaremos, ya!
Continuamos hasta el camping de Peguerinos, un salto de valla después estamos pedaleando por un entorno increíble, metidos entre árboles y rodeados del verde clorofila que han dejado las lluvias.
Vamos en animada conversación hasta que llegamos al desvío a nuestro reto: Cueva Valiente. Lo imposible aquí es llegar arriba sin poner el pie. Un camino asfaltado que por el efecto de la erosión de los torrentes se ha roto en mil pedazos y ha dejado la subida impracticable, parece el escenario de un terremoto. 
Juan Carlos sube más ligero pero también tuvo que poner el pie. Me está esperando arriba, algo encogido por el viento que sopla y admirando unas vistas fantásticas.


Fotos de recuerdo y a resguardarse que hay corriente, se habrá dejado alguien la puerta abierta por allí arriba.


La vuelta por un "atajo" imposible de ciclar, una trialera de las que le gustan a Juan, de esas en las que salta de la bici para cogerla en volandas y sale brincando como un corzo entre el pedregal gritando: -"¡¡Este es mi terreno!!"  
Había que llevar mucho cuidado para no torcerse un tobillo. Luego la senda se convierte en una bajada técnica de las de culillo atrás y a disfrutar.  El atajo nos devuelve al collado del Hornillo donde el track marca un camino contrario a la llegada a una hora razonable a casa, así que vuelta por el collado de la Mina y a bajar hasta los coches.


La bajada es interminable, parece mentira que hayamos subido esto antes. Mucho pisteo, por lo que hay que ir sujetando la bici y cuidado en las curvas que está la arena muy suelta. Llegada al coche en tiempo record, sin ningún contratiempo y a salir pitando a Madrid a atender a la familia.

Le prometo a Juan Carlos que repetiremos por estos parajes, pero con más tiempo...




2 comentarios:

  1. Gran ruta con unas vistas impresionantes. Hay que volver en cuanto tengamos un hueco con el resto de los Segobike!

    Como siempre, lo mejor la compañía!

    PD- ¿De quién será el dedito de la foto?

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    1. jejeje el dedito será del fotógrafo. Menos mal que alguien llevaba móvil con espacio para inmortalizar esos momentos.
      Por cierto si me puedes pasar el track de la ruta lo cuelgo.

      La compañía se puede mejorar, hombre. A Juan le hemos dejado con las ganas, seguro que se apunta en la siguiente.

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