"Mirador Gallarza. Este precioso mirador se construyó en 1952, es un aérea balconada de granito en la loma de los Cogorros, a un kilómetro al norte del puerto de Navacerrada. Desde allí se puede ver La Bola del Mundo justo enfrente, los pinares de Valsaín y las montañas que cierran el amplio valle: la ladera norte de las Guarramillas y las cumbres de Dos Hermanas y el pico Peñalara.
El nombre de "mirador Gallarza" es en honor a una dinastía de aviadores, entre los que se cuenta el primero que realizó la travesía aérea entre Madrid y Manila y un ministro del Aire concluida la guerra civil española.
Fuente: Opencachingspain.es
Buceando en el histórico del blog (es lo bueno que tiene, que puedes ver lo que hiciste el año pasado) veo que aún no hemos puesto el pie en el cerro Maravillas, pues la nieve de aquellos días y la desorientación desaconsejaron seguir por aquellos lares. Sin embargo desde el martes "Montes-de-Oca and company" dan soleado para el fin de semana, así que hay que aprovechar.
Domingo 27 de noviembre de 2011. La helada de anoche ha dejado una mañana de ensueño. Cielo despejado y temperatura primaveral, no se puede pedir más.
Salgo desde Nueva Segovia con Juan y vamos en busca de Roberto. Juan Carlos hoy se ha quedado en Madriz por compromisos sociales y nos hemos quedado sin la temperatura oficial, entre otras cosas. También me he dejado la cámara de fotos en casa, hoy les toca hacer horas extras a Juan (todavía estoy a la espera de recibir esas instantáneas que por fin han llegado) y a mi móvil. Ya estamos todos.
Por el carril bici se deja sentir algo de fresco, nada que ver con los 0ºC de ayer noche, ni frío ni calor.
Salimos por Robledo un poco de carretera, un atajo por caminos embarrados y empozoñados con mierda de vaca y ya estamos en Valsaín, donde nos alegra volver a ver a Luis Angel, que sin saberse curado del todo ya está dando pedales, tranquilo pero pedales, ánimo!!
Ya en los inicios de la gallega se empieza a ver gente andando y en bici, va a ser una romería, pero es que debería ser delito quedarse hoy en casa...
Suena un móvil. La tradicional llamada de los super-tacañones y posterior alto en el camino.
Aquí ya sobra ropa y Rober y yo aprovechamos para ir soltando lastre.
Subida por la pista de la Fuente de la Reina hasta la susodicha, donde mana un hilo de agua. Es increíble, porque bajan cantarines todos los arroyos y según comprobamos más arriba, el agua brota hasta por las paredes, pero esta fuente debe tener otros manantiales.
Foto del grupo y me parece reconocer a Pozí entre los allí presentes.
Foto del grupo y me parece reconocer a Pozí entre los allí presentes.
Reponemos glucosa y subimos por la calzada romana, que hoy nos muestra todo su esplendor. Está rebosante de agua y rezuma otoño por los 2 costados.
Paro a hacer una foto con el móvil, pues esto de las nuevas tecnologías táctiles te obligan a sacar el dedo del guante para disparar. Cuando he disparado ya no hay nadie...
..y otras veces cuando disparas ya has desenfocado la acción.
En la Fuenfría, lo que esperábamos: miles de personas allí almorzando, tomando el sol, mirando el paisaje. Estos dos acababan de llegar y querían seguir por el camino Schmidt, pues hale! a dar pedales.
Aquí van esos locos.
Así de espectacular estaba el Schmidt también. Algo húmedo pero perfecto para rodar
Mucha gente caminando también por aquí, pero con una simple aviso se van apartando para ceder el paso. No hay paradas para hacer fotos porque me cuesta un triunfo sacar móvil, quitar guante, esperar que se abra la aplicación, disparar, volver a poner guante y guardar móvil, así que conformaros con una foto de la residencia militar de los Cogorros, además desenfocada .
Por la parte de atrás de la residencia sale un camino que pasa junto al Mirador Gallarza y aprovechamos a sacar unas fotillos.
Más adelante tenemos una zona con vistas a la sierra Segoviana: Siete Picos, Montón de Trigo, Mujer Muerta...
Allí nos quedamos a comer algo, cambiarnos de ropa y Juan a... ¡tomar el sol! El día era propicio, pues no corría nada de aire y se estaba de lujo. Poco nos faltó para quedarnos en gayumbines, pero había público y no era cuestión de dar más espectáculo.
Mandamos un wasap a Juan Carlos para darle
envidia, que ayer se hizo el anillo verde ciclista con algún atajo, pero claro
eso se puede hacer en una bicicleta plegable.
Siguiendo el sendero llegamos al Cogorro de Maravillas, que se encuentra en un paraje singular y desde donde hay unas vistas maravillosas como no podía ser de otra manera.
Desde aquí comenzamos el pronunciado descenso por una trialera bastante divertida y marcada por hitos.
En algún lugar nos equivocamos de hitos porque terminamos saliendo a la peligrosa CL-601 y sin tiempo para investigar nos tiramos por las 7 revueltas hasta el puente de los mosquitos, donde nos despedimos de Roberto, que se vuelve por carretera.
Juan y yo nos damos un empacho de senderitos por el pinar, plagado de troncos y ramas caídos que intentan entrampar nuestro paso. Cruzando un arroyo Juan prueba los nuevos calcetines metiendo el pie hasta el tobillo. El pie llegó seco a casa y nosotros sudorosos pero disfrutamos de la ruta.