jueves, 14 de julio de 2011

El retén de la Camorca

Venta de la Fuenfría. "Yo señor hidalgo soy natural de Fuenfrida, lugar conocido y famoso por los ilustres pasajeros que por él de continuo pasan; de esta manera, Cervantes presentaba al pícaro Rinconete, nacido en la antigua venta que acogió el descanso de los viajeros que frecuentaban el camino. 

Aunque el origen del alojamiento es impreciso, desde el siglo XIII numerosos documentos mencionan el lugar como venta y casa de postas cuyas instalaciones se fueron ampliando a medida que el puerto iba siendo más frecuentado. El progresivo abandono del camino en el siglo XIX endureció las condiciones de los venteros de la Fuenfría que pronto dejaron este lugar, el edificio se fue arruinando paulatinamente y sobre sus restos se construyó una casa forestal." Hoy también desaparecida
Fuente: Ayto de San Ildefonso La Granja

Roberto ha sido padre, esta vez de una niña. Se llama Daniela, es preciosa y de momento parece tranquila. ¡Enhorabuena chicos!
Juan salió ayer a andar, y andando andando llegó casi al pico de Peñalara. Sigue sin ruedas así que tampoco va a coger la bici. JC también salió el sábado con la bici y estaba cansado para salir el domingo, así que otra vez solo.

Domingo 10 de julio de 2011. Salgo a las 9 de casa con la intención de pillar a los Kamorcas y ketekés a las 9.30 en la Venta de San Isidro, pero tengo que regresar por 2 veces a casa: un olvido y para lubricar la transmisión. Cuando llego a la Venta son menos 25 y allí no queda nadie. Me tendré que apañar solo otra vez y sin GPS, que se ha quedado en Madriz. 
Últimamente el blog sherpa se ha convertido en mi libro de cabecera y hoy voy a seguir el rastro de otra de sus nocturnadas. Mi intención es subir a la Camorca y bajar por la Acebeda para no volver muy tarde a casa.
Vuelvo a subir por el cordel de Santillana donde me cruzo con los primeros bikers del día. Esta ascensión es bastante divertida, no es muy exigente porque tienes un par de zonas para recuperar, pero no te deja tiempo para mucho más, mientras subes con la lengua fuera tienes que ir pensando entre qué piedras vas a trazar. La segunda vez que subes es más fácil, ya sabes por donde has de pasar.


Subo tranquilo, haciendo fotografías a las mariposas que levantan el vuelo a mi paso, intentando sacar una perspectiva a ras de suelo...


... cuando de repente escucho "¡Bici!" y veo bajar en vuelo rasante una bala blanca que me resulta familiar, nos saludamos pero no paramos. 100 metros más atrás veo dos uniformes conocidos. ¡Quién me iba a decir a mi que me iba a encontrar a estos tres bajando de la Camorca! son el núcleo duro de Navabike, ganando días de vida. Paramos un rato a charlar. Se han metido el madrugón y vienen desde Revenga, collado del Río Peces y la Camorca. Me empiezan a sonar a gloria palabras como pincho de tortilla y bajar a almorzar, pero aquí hemos venido a subir, así que me despido con el estómago encogido, no de la emoción, no, sino de hambre!! Pienso en el pobre plátano que llevo en la camelback y se me saltan las lágrimas. 

David, Jose Ramón y Roberto
Tomo el desvío por la Majada del Cochino, bonito sendero casi virgen, sembrado de piñas, maderos y ramas muertas que le dan un aire de exploración a la ruta de hoy. A Juan le va a gustar esta zona.


De repente se abre el bosque y te deja unas buenas vistas. El camino casi se intuye y termina con la subida al refugio de la Camorca.


Desde ahí arriba sí se disfruta de unas buenas vistas, charlando con un excursionista que viene de Cercedilla mientras doy buena cuenta del plátano y vacío el bote.


Al rato llegan dos guardas forestales en un 4x4. Vienen a abrir el puesto de vigilancia y allí se queda Miguel, estudiante de historia y natural de Valsaín que compagina sus estudios con el cuidado del Monte. Da una vuelta de reconocimiento con unos prismáticos, hace sus anotaciones en un cuaderno y da aviso por radio de que todo está en orden. Todavía le quedan 10 horas por delante desde este mirador privilegiado, en soledad, con la compañía del walkie, de sus apuntes y sus pensamientos.

Miguel y sus dominios
Me cuentan que en los Montes de Valsaín se conserva bien la humedad y por tanto el peligro de incendio es menor, aunque hay que estar atentos a las tormentas secas. La caída de un rayo en una zona boscosa puede provocar un incendio varios días después, pero hoy en día cuentan con un programa informático que detecta con exactitud dónde ha caído el rayo, facilitando las coordenadas al equipo de extinción que se encarga de refrescar la zona.
Después de un rato agradable de conversación, me tiro dirección la Pradera de la Venta, donde tiempo atrás existió una venta de la que ya sólo quedan las ruinas.


Desde la Pradera me tiro hacia la Acebeda, cruzo el Arroyo de la Cerceda, con poco agua y me adentro en la zona boscosa, una bendición para los días que está haciendo.


Aquí hay más humedad, los helechos mantienen un asombroso color verde y el camino aún tiene barro.


Pero lo que aún llama más la atención son las hojas de los acebos, con su peculiar forma espinosa en el exterior y con un brillo casi artificial.


Pierdo de vista los acebos y entro en una zona un poco más técnica para ir a desembocar al camino asfaltado de Cabezagatos, por el que vuelvo de nuevo hasta el cordel de Santillana, tomado por vacas pastando y ovejas con su perro pastor, que en cuanto me vio se apartó para dejarme paso, bastante tranquilo.



Y con las mismas llegué a casa, con la sensación de haber aprovechado la mañana y listo para preparar un arroz con bogavante para la familia, el domingo perfecto.


2 comentarios:

  1. La soledad del ciclista...una sensación que conozco bien ;) Espero que podamos retomar esas salidas entre semana, y creo que el próximo finde sí que estaré en Segovia con la dos ruedas.

    Por cierto, enhorabuena a Roberto!! Oye, si es por hacer un favor, yo me quedo con tu bici.

    Un abrazo

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  2. lo primero dar la enhorabuena a Roberto,lo segundo es que si quiere Juan hacemos una colecta para un par de ruedas nuevas que ya llevo tiempo leyendo que se queda en casa por culpa de ellas y al ciclista solitario decirle que es un craq no pierde oportunidad de echarse al monte.

    P.D. cuando te vuelvas a cruzar con esos de navabike no les dirijas la palabra, no se lo merecen

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